VIEJO TIEMPO NACIDO BAJO EL CIELO
Viejo tiempo nacido en nuestras tumbas bajo del cielo
inerme, cuando la primavera tras de las alambradas era un sol
verde comido por las ratas, y ni luz ni consuelo
no nos abandonaste, no nos abandonaste.
Largos fueron los días que atestados llevaban
a la muerte, como trenes , o largos como filas de piojos,
sangre del árbol negro, la negra noche de Auschwitz
girando como trompo en la mano de Amán;
una llave caía, una estrella podrida, en la memoria;
eran entonces voces, pozos insomnes éramos reunidos,
resecos, tapiados como el ojo de la felicidad,
inocentes y muertos y olvidados:
León Braiman, obrero, fusilado,
Luisa Piekaretz, niña, incinerada,
Alberto Goodman, médico, asfixiado,
Sergio Dannon, estudiante, estrangulado.
Volcek Kalsaretz, nadie, todavía.
Inolvidables muertos olvidados: más me hubiera valido
caer entre vosotros bajo aquel sol inerme comido por las ratas.
Todavía los gritos me golpean la frente, como hojas
otoñales veo caer vuestros rostros acuñados por el miedo,
roto ya para siempre como un dique el recuerdo,
inundado mi corazón de ciega luz, rebalsado como un espejo
oscuro, me afeito en las mañanas, mi rostro no es mi rostro, ya no
soy más, debajo de mi frente yazgo muerto mil veces, me levanto,
ando al borde del ancho Amazonas por la tarde, penosamente, como
si arrastrara mi cadáver, tu cadáver, oh tiempo innumerable, eternamente.
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de "El último poema de Volcek Kalsaretz" (1965), en “Pedestal para nadie”, Instituto Nacional de Cultura, Lima, 1975 / "Poemas", Universidad Alas Peruanas, Lima, 2011. En la imagen, César Calvo (Iquitos, Perú, 1940-Lima, Perú, 2000 / Archivo Caretas)
(Fuente: Jonio González)
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