Crónica de un caracol
En busca del caracol
-el tiempo se detiene-
me asfixio en reparar los días
a la segunda calle,
a la casa con una bodega
y techo de asbesto.
Las dos mujeres y un hombre
afuera el carro encendido
que encierra a un hijo.
Miro los ojos de dos extraños
siento el arma en el rostro,
las mujeres gritan,
el hijo lucha,
no cae, no se rinde.
Los extraños no disparan,
el padre no carga el cuerpo en sangre.
Nadie llora,
nadie muere esa tarde
-detengo el tiempo –
guardo al hijo en mis manos.
Simulo ser Dios
cuidando un caracol.
(Fuente: La Parada Poética)
No hay comentarios:
Publicar un comentario