Elegías del Duino (1923)
ELEGÍAS DEL DUINO
En propiedad de la princesa Marie von Thurn Taxis-Hohenlohe
SEXTA ELEGÍA
Higuera, hace ya cuánto me es significativo
tu modo de pasar por alto casi enteramente la
/floración
y sin vanagloria urgir tu puro secreto
hacia dentro del fruto madurado a tiempo.
Como caño de surtidor tu curvado ramaje impulsa
hacia abajo la savia y hacia arriba: y ella salta
/del sueño,
casi sin despertar, a la dicha de su más dulce
/cumplimiento.
Mira: como el dios, al cisne.
… Nosotros, en cambio, nos demoramos,
ay, nos vanagloriamos de florecer, y al tardío
/interior
de nuestro fruto final entra nuestra deslealtad.
A pocos les afluye con tal fuerza la urgencia de la
/acción
que la aguarden ya en pie, fervientes en la plenitud /su corazón,
cuando la seducción del florecer, cual mitigada
/brisa nocturna,
a ellos la juventud de la boca, a ellos los
/párpados les roza:
a héroes quizá y a los tempranos predestinados al
/otro lado,
a quienes la muerte, jardinera en ratos de ocio,
/curva de otro modo las venas.
Estos se arrojan a la acción: se adelantan
a su propia sonrisa, como al rey victorioso
el atelaje, en los apacibles bajorrelieves de
/Karnak.
Y asombrosamente cerca de los muertos jóvenes está
/el héroe. Durar
no le inquieta. Su existencia es auroral;
/perseverante
se priva de sí y asume la mudada constelación
de su constante peligro. Pocos lo encontrarían allí.
/pero
el que nosotros lúgubre nos acalla, el súbitamente
/exaltado destino,
cantándole lo lleva dentro de la turbulencia de su
/mundo rumoroso.
A nadie oiga yo, como a él. De repente me atraviesa,
con el aire torrencial, su oscurecido tono.
Entonces, ya bien quisiera guardarme de la
/nostalgia: Oh, si yo fuera,
si yo fuera un chico y me estuviera permitido volver /a serlo y me
recostara en los brazos por venir y leyera, a
/propósito de Sansón,
cómo su madre primero nada y después de todo parió.
¿No era héroe ya en ti, oh madre, no comenzó
ya allí, en ti, su imperiosa elección?
Millares fermentaban en tu regazo y querían ser él,
pero mira: él tomó y dejó; eligió y pudo.
Y cuando derribó columnas fue porque brotó
del mundo tu cuerpo al mundo más estrecho, donde
/seguía
eligiendo y pudiendo. ¡Oh madres de los héroes, oh
/manantial original
de corrientes impetuosas! Vosotras, abismos a los
/que,
de arriba, del borde del corazón, con lamentaciones,
se han precipitado ya las muchachas, ofrendadas al
/hijo en el porvenir.
Pues hacia allí tempesteaba el héroe por estancias
/del amor,
cada una, al elevarlo, más lo acercaba, cada corazón
/que por él palpitaba,
y ya de vuelta, al término de las sonrisas, se
/erguía…
mudado.
OCTAVA ELEGÍA
A Rudolf Kassner
Con todos los ojos ve la criatura
lo abierto. Solos nuestros ojos están
como invertidos y la rodean completamente
como cepos circundando su libre salida.
Lo que es afuera, lo sabemos apenas
por el semblante del animal; pues ya al temprano /niño
le volvemos la cabeza y le forzamos a que vea,
hacia atrás, la conformación, no lo abierto, que
en el rostro del animal es tan hondo. Libre de /muerte.
A ella la vemos solo nosotros; el libre animal
tiene su ocaso siempre tras de sí
y ante sí al dios, y en su andar va por
la eternidad, tal como las fuentes.
Nosotros no estamos nunca, ni un solo día,
en presencia del puro espacio al que las flores
infinitamente se abren. Siempre es mundo
y nunca ninguna parte sin no: lo puro,
incontrolado, que uno respira
e infinitamente sabe y no codicia. De niño,
alguno se abisma calladamente allí y es
sacudido. O aquel otro muere y lo es.
Pues junto a la muerte no se ve ya la muerte
y se mira absorto hacia afuera, quizá con la gran /mirada del animal.
Los amantes, si no existiera el otro que
Distorsiona la visión, estarían cerca de eso, /maravillados.
Como por descuido, se les ha abierto
por detrás del otro… Pero sobre él
no avanza ninguno y de nuevo se le hace mundo.
A la creación siempre vueltos, vemos
solo en ella el reflejo de lo libre,
oscurecido de nosotros. O que un animal,
un mudo animal, alza la vista y mira tranquilamente /a través de nosotros.
A esto se le llama destino: estar en frente
y nada más que eso y siempre enfrente.
Si hubiera conciencia como la nuestra en el
seguro animal que, viniendo en dirección contraria,
avanza hacia nosotros, nos arrastraría
a su modo de vida. Pero su ser le es
infinito, inasible y sin mirada
sobre su condición, pura como perspectiva.
Y donde nosotros vemos futuro, él ve totalidad
y se ve en la totalidad, sano y salvo por siempre.
Y, sin embargo, hay en el alerta animal caliente
el peso y la inquietud de una gran melancolía.
Pues también a él se adhiere siempre lo que
a menudo nos subyuga –el recuerdo-,
como si aquello a lo que uno se urge hubiera sido
ya una vez más cercano, más fiel, y su /incorporación,
infinitamente tierna. Aquí todo es distancia,
y allí era aliento. Tras la primera tierra natal,
la segunda le resulta híbrida y azotada por el viento.
Oh ventura de la minúscula criatura
Que permanece siempre en el seno que consumó su /gestación;
oh dicha del mosquito que sigue saltando dentro,
aunque celebra sus nupcias: pues seno es todo.
Y mira tú la seguridad a medias del ave
que por su origen sabe casi de ambas cosas,
como si fuera alma de etrusco,
de uno muerto que con su figura yacente
cerrara el espacio que lo acogió.
Y cuán desconcertado aquel que procediendo
de seno, debe volar. Como si tuviera pavor
de sí mismo, cruza bruscamente el aire, como grieta
que atraviesa una taza. Así el surco del murciélago
resquebraja la porcelana de la tarde.
¡Y nosotros: espectadores, siempre, por doquier,
vueltos a todo y nunca hacia fuera!
Todo nos desborda. Le ponemos orden. Se derrumba.
Le ponemos orden otra vez y nos derrumbamos nosotros.
¿Quién nos ha dado vuelta de tal modo que,
hagamos lo que hagamos, estamos en la actitud
de quien se marcha? Así como él, sobre
la última colina que le muestra una vez más
todo su valle, se vuelve, se detiene, se demora,
así vivimos nosotros, siempre despidiéndonos.
Traducción y prólogo JORGE MARIO MEJÍA
Elegías del Duino. Medellín. Editorial Universidad de Antioquia. 2010. Págs. 41-44, 55-59.
(Fuente: La Mecánica Celeste)
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