lunes, 1 de septiembre de 2025

Robin Myers (EEUU, 1987 / México)

 

 

Poquita fe

 

¿Y si se llaman entre sí,
	las células,
y si es cierto que elige,
	y me refiero al óvulo,
		a su espermatozoide preferido, y si
la gata sabe dónde
	duele, y por eso se acurruca
		ahí y te masajea con las uñas, y se expresa en tu pierna
			con el particular olor de su quijada,
y si el tirón, la falla muscular
	cuando torcés el torso hacia un costado
		se complotó en efecto con tu respiración, con una
			pena antigua que atenaza los pliegues más candentes
de, por qué no, tu corazón, y si
tus sueños más indescifrables y febriles
	están atravesados de manera invisible por aquello
		que anhelás, o que al menos anhelás
			apoyarle la frente contra
				el flanco?
¿Y si ella sabe algo que vos no,
	esa mujer canosa del rodete en el mercado, que encuentra
		los productos que vas enumerando con los dedos –echalotes,
			jengibre, albahaca, cebolla morada– y después
				te sorprende y te pone en la mano
					algo que no pediste?
¿Si es una mandarina? ¿Si te llevás a casa
		un puñado de cáscara?
¿Y si la fotosíntesis,
	y si una superluna,
		 y si un terremoto,
			y si la octava parte de los pechos?
¿Y si en efecto decidió morirse,
	ese perro flacucho tendido de costado
		en la escalera del subte, si quería quedarse 
con los ojos abiertos, y si vio su vida en un destello,
	y si la luz, algo por el estilo?
Poquita fe, me dijo un día alguien
	que siempre repetía la expresión en diminutivo 
		desde que la escuchó.
¿Y si mis omóplatos
	o, digamos, mis uñas, creyeran más
		que el resto de mi ser,
si cada olla de agua para la pasta que salé,
	si cada acorde que retumbó en mis oídos,
		si todo lo que di
			o me saqué de encima forcejeando?
 
 
Traducción de Ezequiel Zaidenwerg Dib 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario