jueves, 25 de septiembre de 2025

Jimena Arnolfi (Buenos Aires, 1986)

 

 

NADIE SABE CÓMO SIGUE ESTO

 


 

 

sobre Bandada, Una hipótesis contra la derrota, de Jimena Arnolfi (Santos Locos, 2025)

Entre el canto y la declaración, entre la Historia y la inmediatez perceptiva, un río fino y profundo encuentra su cauce en los poemas de Jimena Arnolfi. Bandada, su nuevo poemario, pone en el primer plano una voz que está ahí para decir su tristeza, su desencanto ante una coyuntura atroz; pero lo que aparece de inmediato es también la determinación de vivir, de no entregar las últimas banderas, la belleza que nutre los gestos de una épica personal.

Lo íntimo y lo cotidiano alternan con la conciencia histórica, en una coyuntura de brutalidad y cinismo pero también de resistencia. Los pájaros –su canto, su forma de volar y de anidar, de habitar la intemperie- son la presencia constante y renovada, el símbolo de una libertad activa. Hay que apropiarse otra vez de la palabra libertad y de lo que ella implica. El canto, de los pájaros y de la poesía, es parte de un sostén colectivo y anónimo, esa bandada que formando una V avanza contra el cielo, una forma de acunar y sostener, una celebración en la zozobra.

Contra el clima de época, un estado de asamblea permanente. El yo se manifiesta, se declara presente y sienta su postura cuidándose del ideal del “alma bella”: “Nadie está a la altura de la dignidad / con la que después reescribe /su propio romance. Nadie. // Mucho menos en política.”

Más allá de la renovada discusión sobre qué es la poesía política, Arnolfi ejerce una manera personal de expresar su estupor (“Entre la amargura y la esperanza /atravesé el día/como a un alambre de púas.”). Con poemas potentes, que esquivan la amenaza siempre latente de la impostación,  el sujeto se afianza en la precariedad y eso le otorga, paradójicamente, su sostén y confianza: “No sé nada de mí. / No me conoce nadie. No./ Pero los pájaros me cantan.”

Mario Nosotti

***

 

AHORA ES DEFINITIVO

 

Abro la caja de fósforos al revés.

Mientras levanto uno por uno

me atacan los malos pensamientos.

Toda mi idiosincrasia desparramada

en el piso de la cocina.

Repaso los errores cometidos.

Como si fuera un mantel lleno de migas

sacudo el miedo a la intemperie.

Ninguna certeza se desprende

de la mesa familiar, sólo queda

este asunto extraordinario.

Pienso qué hacer con mi vida.

*

 

AHÍ VA

 

Al menos hoy me siento plena.

Sucede como con la pregunta:

Un poema lleva al siguiente.

Miro el cielo, sé prestar atención.

Hay cosas que me tranquilizan.

En la poesía, nunca sabemos.

En el amor tampoco.

Lo digas conmigo o en mi contra.

No hay nada más seductor, más terrible,

cometemos errores de principiantes.

Estamos grandes,

tenemos alguna experiencia

pero hay que aprender todo

de nuevo

otra vez.

*

 

INSISTIR

 

Ante todo, desesperación

y determinación

como la que tiene esa bandada

que cruza el cielo y los árboles,

ahora, en este minuto,

con esta luz y esta sombra.

Sospecho que hay pájaros

que se ofendieron conmigo.

No quiero mentir, muchas veces

no escribo, no pienso, no me calmo,

no siento cabeza. Los días

se empujan en desorden,

tal vez haya perdido la cuenta.

Yo sigo adentro, cocino, barro,

friego, canto en voz baja,

no quisiera que me escuchen.

Siempre guardo secretos,

apilo leña, me acerco al calor.

Me trago los sentimientos,

le pido cualquier cosa al silencio.

Atención y artesanía

para escribir, reescribir, fracasar.

No sé o sí sé: soy una mujer

que sabe lo justo y necesario

para subsistir.

*

 

NADIE SABE CÓMO SIGUE ESTO

 

No hay alambrado que resista visible,

no hay horizonte que celebre el día.

La niebla tapó todo, el monte transcurre difuso,

los postes de luz no muestran su figura.

No hay límite que pueda vencer

a estas nubes caídas cuerpo a tierra.

Entretanto siento urgencia y memoria.

Hasta los sonidos se alteran, un ruido breve

de pájaros se alza entre matorrales que adivino.

Soy invisible para ese caballo que pasta

a la vera del camino. Escribo que la niebla

tapó todo pero estoy hablando de violencia,

esa enorme cantidad de violencia que se ejerce

en nombre del bien y el orden. Cómo no agregar

daño al daño si todos los días contamos caídos.

Busco palabras que no encuentro.

Lo que se diga resulta poco, siempre poco.

La historia es una larga lista de crímenes.

Están rompiendo todo. Si me tocara el cuerpo

y no tuviera cabeza, si me tocara el cuerpo

y no tuviera las piernas, si me tocara el cuerpo

y no tuviera los brazos, quizás ahora pudieran flotar

pedazos míos como pájaros o esquirlas.

Gloria a los muertos, todo invierno termina,

el cielo se abre como quiera que sea.

Cómo imaginar para sublevarnos

en este tiempo y por nuestro tiempo.

***

Los poemas presentados pertenecen a Bandada, Una hipótesis contra la derrota, Jimena Arnolfi (Santos Locos, 2025).

 

(Fuente: Música Rara) 

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