2 poemas de LAS VOLUNTADES
SIN MANUALES DE AUTOAYUDA
Gozoso despegó las velas el divinal Odiseo y,
sentándose, comenzó a regir hábilmente la balsa
con el timón, sin que el sueño cayese en sus
párpados, mientras contemplaba las Pléyades
(…).
La Odisea
La sonriente abuela P. , siempre echándose al negro Ponto con el IMSERSO. Primitivo, el poeta del pueblo con sus aladas palabras. El sensato juez de paz, el bondadoso Higinio. Los padres que nunca pusieron la mano encima. La inocencia de Peregrina, y su historia de amor, que hacía llorar a las ninfas. El chistoso y longevo Teodoro, el puntual y trabajador Manolo (con las cuatro reglas de su padre) , la disciplinada Nieves,
Penélope del Burda. La esforzada Ángeles; el disfrutón y comprensivo Burgos, la amorosa Ana. El gran orador D. con sus precisas y divinales palabras.
El valiente H., la vida para él, hijo de Baco. La alegre y luchadora yaya M. La resiliente yaya E. Oh dioses ancestrales, oh ancestros míos, mostradme el camino, la verdad local, una pequeña verdad de pueblo o de barrio que me sirva.
LA DESTRUCCIÓN DEL MURAL
Todo se ha quemado en el incendio
palabra es lo único que tengo.
Vetusta Morla
Aquella vez guardé la flor vertiginosa y mi queja fue minúscula , queja otramejilla. Los lirios engañaban con su supuesta pureza, con su blanco censor de brocha gorda.
Aún puede alzarse la flor pluma, flor afilada, flor dedo índice que apunta al blanco:
Blanco pintado sobre el disparo en arte pop.
Blanco sobre el arte figurado de los niños humildes.
Brocha gorda sobre las caras distantes de Modigliani.
Esta iglesia era obrera. Remodelémosla.
Pintura blanca sobre el color negro del alto horno.
Brochazo blanco sobre la transparencia de los cristales de las naves de talleres. Ese mural mostraba el mal: la violencia con trazos Guernica era molesta. No te perturbes; arrodíllate aquí y déjate arropar por los dorados místicos de este nuevo templo. Borra esas imágenes de tu mente y sumérgete en la religiosidad del ego: Dios te habla solo a ti, en tu burbuja espiritual. No importa la guerra tan lejana o el hambre de otras o el miedo de otros, o el dolor de los hijos de otros. No pienses tanto solo mira lo que yo te muestro, lo que quedó tras la destrucción:
una pared en blanco.
Enna Villarroya Martínez. Las Voluntades. Huerga & Fierro, 2024
(Fuente: Voces del extremo)

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