GÉNESIS 1:28
Después de la lluvia salen las hormigas,
y toman por asalto el tarro de azúcar.
Son centenares de legionarias
procurándose el sustento, movidas
por el dictado de la naturaleza.
Ya satisfecho el apetito -y lejos de retirarse-,
las invasoras atraen a nuevas invasoras,
prometiendo extender su dominio por la casa.
Entonces, otro dictado menos instintivo
asume el protagonismo de la escena,
y una ráfaga tóxica de aerosol
barre de cuajo toda razón existencial:
crudo holocausto doméstico
sobre el que Dios ya prescribió.
(Fuente: Abel Tomás Robino Quiroga)
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