martes, 25 de marzo de 2025

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

PARTE DIARIO

 

Escribo,
no lo hago.
 
Me permito
hacerlo,
el lápiz
en la oreja.
 
No tengo
orejas,
el lápiz
en el hombro.
 
Carpintero,
seco el texto
con el aserrín
que desparrama
mi amigo el Gonococo
para chupar
manchas de aceite
en el taller.
 
Escribo,
como se escribe
en Tanzania
o Villa Pateta.
Entre amigos
y talibanes,
modositos,
cofrades
y quisquillosos
que corrigen
a Ovidio y Propercio;
o sea,
mientras el sol
se asoma en el desierto
y todavía
no ensombrece
los jarillales
y yuyitos sin nombre;
el sol,
ese compadre
que calienta el Tetra
de vino carlón;
el sol
ese capanga
que aniquilará
la pretensión
y el orgullo
en la boca del mundo;
o sea,
el frío
que arde en el camposanto,
esa revuelta tierra
de fosas, chiqueros
y risotadas.
 
¿Circe?
Qué sé yo,
por ahí,
de jarana y antifaces.
 
 

- Inédito -

 

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