LA PECERA
Bullicio sordo de bocas, picos, trompas de parlantes, agujero negro de la conmoción digital.
Sube el volumen de las compuertas vibrantes, que dejen de andar como bestia los hombres pantalla.
Toma una foto o captura de esas pantallas que parecen hombre.
El pez globo infla el pescuezo de falsas noticias, falaces promesas.
Afuera no hay incendios ni dragón amarillo, no hay afuera cuchillos ni inmortalidad.
Curvos cristales submarinos con sirenas acróbatas publicitarias, implante intraencefálico con atracción ultrasónica múltiplesex.
No entienden, están postizos de marihuana electrónica, a picotazos como toros las mujeres pantalla.
Hocicos violetas de lobos de furia chocan contra los cristales azules.
Gallinero de datos biométricos y perfiles apócrifos.
Todo se ha vuelto invisible.
Hay que extirparles la batería anual de la nuca.
No, hay que arrancarles los ojos.
No, ellos tienen injertos de recuerdo en los oídos.
Hay que vaciarles la memoria.
Es tarde, hace tiempo no piensan en nadie.
Y los niños?
Los niños tampoco.
Solo apágalos, apágalos!
Ya están apagados su majestad estelar.
Encárgate de la nube, y por favor, limpien este desastre.
Por cierto, bonito lugar.
Sin prisa sin pausa
Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina
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