DESCENSO AL OLVIDO
inmóviles alrededor del Tiempo;
adorando su pálida, eterna hoguera,
extrañamente sombríos en su reunión solitaria.
Ahí están, invadidos por marañas mentidas;
poblados por húmedas músicas, por tenaces cigarras.
Sobre ellos el cierzo ha pesado, y sus gestos de antaño,
sus cuerpos de vapor,
se condensan de pronto en alargadas lluvias.
No; no hables un idioma olvidado.
No pronuncies tu nombre.
Que no giren con letal lentitud la borrada, tormentosa
cabeza.
Que no te reconozcan sus huecos corazones comidos por
los pájaros.

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de “Las cosas y el delirio” (1941) en “Hotel Pájaro. Antología 1941-1966”, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1967. La imagen: dos aguadas-collages de Enrique Molina.
Nota: en la antología publicada por Corregidor en 2009 ("Poemas selectos"), la hoguera del tercer verso deja de ser eterna para ser sólo pálida, las marañas del quinto verso no son mentidas sino azules, y las cigarras del sexto verso han dejado de ser tenaces para ser sólo cigarras.
(Fuente: Jonio González)
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