"Y el amor pendía aún como un cristal..."
Y el amor pendía aún como un cristal sobre el lecho
Y llenaba los rincones de la enorme habitación;
El estruendo del alba que la dejó durmiendo, muestra
Las flores reflejadas en la mesa de caoba.
¡Oh mi amor!, si solamente yo pudiera
Tras la pasión prolongar esta hora de quietud,
No racionar la felicidad, sino guardar esta puerta eternamente
cerrada al mundo, con su propio mundo dentro.
Pero las ondas del alba turban con su burbujeante minuto,
Los nombres de los libros se aclaran en los estantes,
La razón clama por el deber y tú despertarás
Con un sobresalto y proseguirás tu propia vida.
El primer tren pasa y las ventanas gimen,
Amenazarán voces y tu voz será un tambor
A tono con las demás, las que anoche,
Como savia ramificándose por el hambriento árbol,
Afirmaron nuestra identidad de una noche.
Louis MacNeice, incluido en Antología de poetas ingleses modernos (Editorial Gredos, Madrid, 1963, trad. de Elena Ivulich).
(Fuente: Asamblea de palabras)
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