EN LA COCINA
No venías desde hace casi un año… Tenías miedo de entrar.
Y, cuando lo has hecho, el vacío al principio tan deseado,
después rechazado con horror, se ha vengado
tu presencia con tu presencia…
Aquí todo te da vergüenza:
el linóleum, la leña para el fuego, las moscas muertas,
el pan mohoso, el vinagre resquebrajado en reflejos
y la acedera con manchas, y la piel curtida por el aire,
y el escupitajo de las arañas al acecho en los rincones,
y, por encima de todo esto, el silencio
donde la luna sólo brilla por el día…
Pero súbitamente percibes
(con la certidumbre de una vida
cruel, muy ordinaria, muy misteriosa)
una taza de café con, justo en el borde,
una huella de rojo de labios, como si la que había bebido
acabara de dejarte.
Traducción del checo: Manuel Martínez Forega
(Fuente: La Reversible)
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