Poemas de Fogata de ramitas y huesos,
Escala de lo seco a lo fluído
Las letras de tinta
no son muy distintas
del humo que
suelta la cama de papel
en el fuego.
y mi placer no tiene
nombre cuando las palabras suben
a fundirse con
la tormenta , en un ritmo aleatorio
de mariposas
Inspectores de leche
Pequeños fardos
funerarios,
los tordos reptan
sobre la ceniza
blanca
del abuelo,
que vieron tan joven
en la cita quemada
por el proyector
de 8 mm.
Se reía con
su amor
en vías
de la gran depresión que el sol apacigua
momentáneamente.
-Leénos el
cuento
desde el final
-dicen,
por si pudieran en
un rapto aprender,
para qué
sirven
los lugares
comunes de los cuentos.
Parvas y parvas y parvas.
Una fogata dura más!
Las lomas se vuelven
una enorme montaña de nieve, la
tierra
extendida sube
y empieza a
flotar.
Casi en la oscuridad
se consumieron
los libros
novelas, poemas,
aventuras entre pájaros.
que oira en otra sucecion de lo leido?
Las hojas se ponen
negras
y en ese luto
radioso
el carancho
chilla y se hamaca.
Contra el cielo
Hubo una nube tóxica
en Victoria
tras la explosión
de 5000 Kilos de cloro granulado.
La lluvia inundó
el depósito de gas
verde, convirtiéndolo
en borrón del cielo hasta el Tigre.
Y los "chicos"
mareados pedían salir de esa "pileta" seca,
con los ojos
ardidos. Apenas respiraban.
El oscurecimiento
bastó
para que mi
alrededor viniera conmigo.
Las escrituras se
desplazan por las fachadas,
y aunque no
veo,
sé que
los acontecimientos futuros ya existen.
En Fogata de ramitas y huesos. Alción Editora (2002)
(Fuente. Proyecto lux)
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