sábado, 2 de mayo de 2020

Jaime García Terrés (México, 1924 - 1996)



La bruja


La bruja, le decían,
porque soñaba fuego solitario
en cada uno de los rumbos
de su cuerpo. Iba

caminando en silencio
hasta llegar al páramo.

Y de pronto sentía que sus manos
ardían como soles. Un alud
florecido quemaba la llanura.

Y "la bruja, la bruja",
gritaban los niños.
A la orilla del aire lloraba
lágrimas solas
y candentes. Todas
las tardes en el mismo sitio.

Llena de luz. La boca henchida
de mansas oraciones mudas.

Y a la orilla
del aire, todavía,
llueve lumbre cuando reverdece
su memoria perdida;
y "la bruja", murmuran
las voces de los niños.

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