miércoles, 27 de mayo de 2020

Carlo Bordini (Italia, 1938)



Poesía prohibida


Sé que vivo en una burbuja
y sé que se quebrará
y el horror del mundo la quebrará tarde o temprano y le entrará dentro
y sé que el horror del mundo entrará en ella y la quebrará
pero no sabía
que el horror del mundo
se desliza en mi mente
y la quiebra
antes que el horror del mundo
entre en mi mente






Esto es un poema


Si es cierto – como escribí y como alguien me aseguró
que es cierto – que explorar
la propia casa es como explorar el propio cuerpo,
entonces es verdad que explorar la web es como explorar
la propia alma. Porque cada quien busca en la web
algo que está adentro
de su alma.
Y en el sufrimiento de las víctimas yo veo
mi sufrimiento, y cuando ellos miran sus
heridas yo me veo a mí mismo mirando mis heridas. Mi búsqueda de sufrimiento
es la búsqueda de mi identidad. Estoy por entender
algo muy importante para mí
mismo. Estoy por entender que el papel de la víctima me queda bien,
y que mi amor por las víctimas es un modo para aliviarme yo mismo, o tal vez para salvarme.
Pero si yo pudiera elegir, ¿qué sería? Sería una víctima
orgullosa de serlo.
Sería una víctima contenta de
mi papel
de perdedor, de mi sacrificio. (Las palabras son aproximativas).
Comprendería que en mi vida siempre estuvo presente el placer de la exhibición

Si pudiera cambiaría de sexo y sería una víctima,
con el placer de exhibir mi estado de víctima; me
sentiría la persona
más importante del mundo por el hecho de tener coraje y
la franqueza de sufrir. Buscaría la admiración de los demás. ¡Qué orgullo inmenso
se escondería detrás de mi renuncia a defenderme!
Qué placer perverso (las palabras son aproximativas),
de todos modos qué placer, sí, qué placer,
el placer de escribir este poema que es más exhibición
que conciencia (cuando uno ha entendido algo de verdad decirlo es un
acto puramente narcisista)
“la enorme secundariedad de la literatura”.
O mejor, ésta es una oración.
Una cosa se me negó, vivir para los demás, para hacer el bien al prójimo. Quisiera
vivir sin conflictos, teniendo tantos amigos, y
lo he logrado únicamente viviendo fuera del mundo.
Éste es el problema: la bondad. Yo encuentro bondad
en estas personas que sufren. Encerrarse en una caparazón. Un sucedáneo de la bondad.
(Éste es un poema sobre la bondad).
Los sitios pornos que visito son algo inocente
Hay personas a quienes les gusta ver mujeres que se orinan encima






Suicidio

 

Nada de lo que está vivo me interesará
Será como no haber nacido nunca
Que es mi sueño de siempre
No recordaré nada
Tampoco recordaré que he muerto
Jamás sabré que he vivido
Y no sabré
Que te he amado.
Los otros se sorprenderán
Se preguntaran por qué.
No entenderán.
Si seré bueno
ni me daré cuenta del pasaje.
tampoco recordaré haber escrito esta poesia




      Trad. Martha Canfield




(Fuente: Vallejo and company) 

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