sábado, 23 de mayo de 2020

Andreu Aisa (España)



Las calles han perdido su esencia


Las calles han perdido su esencia
como el pan ha perdido su sabor y
los tomates saben infinitamente a nada;
donde antes había sentido, significado e historia
ahora hay vacío, artificialidad y turistas.
Los turistas se regurgitan a si mismos
en cada una de las esquinas
mientras adoran al dios del consumo
y todo es consumo,
todo tiene un precio,
quien no consume no existe.
La vida se suicida
desde el borde de una moneda,
salta al vacío
y queda naufragando en un charco de sangre.
Las calles han perdido su código genético
y han vendido su alma al diablo
que unta de falsa felicidad las miradas transeúntes.
Mientras tanto, una joven adolescente
se mira en el espejo lo mono que le hace el culo los panta­lones,
que han tejido unas niñas de un país oriental en condicio­nes insalubres
y ella alegremente está dispuesta a comprar.
La moda manchada de sangre se ajusta perfectamente
a la piel de la ignorancia.




El mundo es una hormona

 

El mundo es una hormona
que reside en el interior de un perro.
Somos tan pequeños y nos creemos gigantes
Vivimos tantos años y tan solo existimos
dos horas de perro gigante.
Nos creemos tanto y somos parte del olvido.
Nos creemos tanto y somos una gota de polvo
en el escritorio de un divino poeta.



Andreu Aisa. Íntima rebeldía. Editorial Abriendo Brecha. 2020

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