DISCURSO DEL PROGRAMADOR
Casi a medianoche compartí
un ensayo de Brodsky
sobre un poema de Dolgopolov.
Hay dos problemas:
no leí el ensayo;
Dolgopolov es un tenista.
Me voy a dormir. Lo dejo.
No me importa.
Espero que nadie se dé cuenta.
Con un poco de suerte, en la mañana
voy a tener nuevos amigos
que me ayuden a agrandar la confusión.
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