AUGUSTO SIMÓN QUINSACARA:
(Quebrada de las burras,
Calingasta, 1952)
POEMA CLARO EN UN MUNDO QUE NECESITA
SER ARREVESADO
Vino el hambre
a la heredad
y el caserío.
A la mar viva
de este desierto
donde
el sol
enciende sepulcros
y osamentas dispersas.
Cal,
yeso,
jotes,
feldespatos,
galgos translúcidos,
boro en los surcos
regados a gotas
y sollozos,
cebollas y ajos que los coronan
de picor y gracia.
Cruel la mirada
del humano
que las bestias
lloran de miedo,
azotes
y cadenas.
Hinchada
la enfermedad,
recoge
uñas y paladares
de a puñadas
y crestones flamígeros.
- Inédito -
De "Poetas populares arribados al festín paralizante"
En preparación.
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