Lo que se pierde con la traducción
El parentesco con estos humanos que me hablan de frente es una telaraña contra el techo. Es una economía de satélites, un cosmos en el que las revisiones pareciera que ocurren sin darnos privilegios de testigos. Una época curiosa, en la que las estrellas de modesto semblante se arrullan en lo inmenso y reflejan la muerte como una enfermedad infantil que a pesar de la socioeconomía sigue siendo un flagelo, definitiva como la pintura que va descascarándose y obtiene una lejana comprensión de una mancha que se derrama de su propio centro donde parece resonar un núcleo tremendo que interpreta sus palabras con extrañísima electricidad
(Fuente: Ezequiel Zaidenwerg Dib)
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