lunes, 1 de noviembre de 2021

Héctor Berenguer (Argentina, 1948)

 

 

REPETICIONES

 
Vivimos en esa casa
estrecha e interminable
donde abrimos
los mismos cajones
para no decir adiós a nada .
 
Nos miramos
frente a frente
en las fotos amarillas
de quiénes éramos
entonces,
y qué ahora nos indican
el paso inevitable
de los años. 
 
Nos encontramos
con personas
visiblemente iguales.
 
Tan cínicas
cómo terribles,
aunque hayan envejecido.
( No tiene mucha importancia porqué igual,
nadie se reconoce )
 
Seguimos las costumbres
de ésos niños insaciables
que al final llegaron a ser
lo que quisieron.
 
( Tal vez todo sea
un simple problema
ontológico de la naturaleza )
 
Tiramos de la pollera
de la madre
con los mismos deseos insatisfechos
y esa creciente frustración
que se consigue,
teniendo
o no teniendo
nada en esta vida .
 
Mientras la política
y el mundo nos adulan
con mentiras y falsos consentimientos .
 
Andamos por nuevos caminos
para ser golpeados,
por viejas heridas .
 
Con ese aire de infancia muerta en la mirada
vamos llegando a la vejez .
 
¡ Te amamos tanto !
Nos dicen los amigos,
como si llegáramos a la meta .
 
Nos abrasan
igualmente más tarde
cuando todo se viste de luto .
 
¿ Quién se pregunta ahora
por aquél niño
que miraba la vida cómo una vidriera
con juguetes los
escaparates ?
 
Pero a mí no me crean,
yo no he vivido nada
solo he vivido en libros .
 
En toda vida
hay celebraciones,
botellas de champán
como heridas abiertas
en fiestas interminables . 
 
Nombres
que ya no pronunciaremos más,
como si haber amado
fuera parte de una lista negra .
 
¿ Recuerdas también
tus cumpleaños ? 
 
¡ Todo lo olvidas pobre corazón !
También descubrimos lágrimas ocultas
camino a la felicidad
de una familia unida .
 
Sacrificio ritual de pobres corazones .
 
Golpeamos copas
en brindis interminables
por la vida,
para avivar muertos insepultos y fantasmas del pasado .
 
Pero de noche
entramos
en playas incómodas,
donde solo hay incendios perdurables
y delirios
que nunca cesan .
 
Por la mañana
nos armamos de fuerza
y comenzamos el día
de las anónimas matanzas.
 
Sin ninguna piedad,
así cómo afeitarse
o lavarse la cara .
 
El sol nos encuentra a la sombra
del niño que fuimos .
 
Él ya se convirtió
en nosotros
y estamos de nuevo unidos
en los brazos de mami
o papi,
para poder seguir viviendo.
 
"Esto es un gran sueño amigos míos ".
Aunque ya nadie se siente estafado.
Pero a mí no me crean .
¡ Sigan participando !

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