sábado, 27 de noviembre de 2021

Agustín Porras Estrada (España)

 

20 poemas de UNA ETERNA DESPEDIDA 

 


 


Tan generosa es la vida,

que acaba por parecerse

a como uno la imagina.

 

* * *

 

Es el mundo, para todos,

una gran sala de espera:

sabemos lo que esperamos,

no cuánto tiempo nos queda.

 

* * *

 

Ya estando muerto mi padre,

en multitud de ocasiones

creía verlo en la calle.

 

Recuerdo más de una vez

seguir a algún transeúnte

por si pudiera ser él.

 

Creo que a partir de entonces

he dedicado mi vida

a perseguir ilusiones.

 

* * *

 

Náufrago profesional,

siempre en peligro mi vida,

aún confío en que el mar

me ha de llevar a la orilla.

 

* * *

 

Creo que el miedo a la vida

debe ser, probablemente,

la experiencia que tengamos

más parecida a la muerte.

 

           * * *

Por suerte, la Poesía

me ofrece siempre el consuelo

de imaginar, cuando escribo,

lo que a vivir no me atrevo.

 

* * *

 

Puede ser que Dios exista;

y que no exista, también.

Ya he resuelto este misterio

(sé que Él sabe que lo sé).

 

* * *

 

Tendré nueva biografía,

otra forma de existir

cuando ya no esté en el mundo

y alguien se acuerde de mí.

 

* * *

 

Toda mi vida he tratado

de investigar su porqué.

El día que yo me muera,

¿la muerte analizaré?

 

* * *

 

De niño siempre soñé

ser algún día un poeta

de quien pudiera decirse:

“Es su palabra sincera”.

 

Ahora ya no me basta

esta mínima exigencia.

Con hechos, no con palabras,

he de escribir mis poemas.

 

* * *

 

Toda mi vida soñé

con una casa en el campo

que en su pequeña parcela

tuviese al menos un árbol.

 

Pero empieza a preocuparme,

con el paso de los años,

que ese árbol sea el ciprés

que da entrada al camposanto.

 

* * *

Yo sé que seguimos vivos

también después de la muerte,

pero sólo en la memoria

de quien de verdad nos quiere.

 

* * *

 

Tan sólo en la poesía

mi vida encuentra refugio

donde curar las heridas

que yo mismo me produzco.

 

* * *

Siempre derrocho, dormido,

el discurso apasionado

que, despierto, necesito.

 

* * *

 

Ya sé que la vida es sueño,

pero éste hay que fabricarlo

y defenderlo despierto.

 

* * *

 

Hola, ¿Qué tal?, Buenos días,

Muchas gracias, Por favor…

Infinitas las maneras

con que decimos adiós.

 

* * *

 

Siempre tiene utilidad,

si no calidad, un poema:

aunque no a la Poesía,

nos deja ver al poeta.

 

* * *

 

El retrato que de mí

haga quien lea estos versos

es, seguro, más amable

que el que veo en el espejo.

 

* * *

 

¿Qué falta me hace soñar,

si vivo a diario el milagro

de poder, al despertar,

verte dormida a mi lado?

 

* * *

 

Está feo que lo diga,

pero no hay nadie que tenga

más suerte que yo en la vida.

 



En:  Una eterna despedida (Verbum, 2016).

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

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