LOS CANÍBALES
Hasta donde puedo recordar hemos vivido con el miedo
cotidianamente
sin huella
desaparecían uno tras otro nuestros compatriotas
cerca de nuestras posadas vivían los caníbales
por el sendero
a través del bosque oscuro
hasta la fuente en los montes nos atrevíamos
en vano nos acostábamos temprano
en vano cerrábamos fuertemente las puertas de nuestras cabañas
en vano temprano nos levantábamos
a pesar de nuestra vigilancia
a pesar de la guardia empujada hacia afuera
a pesar de los airados perros fieles
desaparecían los viejos agotados
desaparecían los niños amamantados
desaparecían las mujeres lindas
desaparecían los guerreros fuertes
día y noche temblaban los labradores
temblaban los autócratas
no sabíamos:
temblaban también los caníbales
hasta donde puedo recordar vivían con el miedo
cotidianamente
sin huella
desaparecían uno a uno sus compatriotas
por el sendero
a través del bosque oscuro
hasta la fuente en los montes no se atrevían.
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en “Poetas testigos de una guerra”, Huerga & Fierro, Madrid, 2004. Ed. y trad. del esloveno, Branislav Prelevic.
(Fuente: Jonio González)
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