martes, 30 de noviembre de 2021

Marosa Di Giorgio (Salto, Uruguay, 1932 - 2004)

 

POEMA X

 

Este melón es una rosa,

este perfuma como una rosa,

adentro debe tener un ángel

con el corazón y la cintura siempre en llamas.

Este es un santo,

vuelve de oro y de perfume

todo lo que toca;

posee todas las virtudes, ningún defecto,

Yo le rezo,

después lo voy a festejar en un poema.

ahora, sólo digo lo que él es:

un relámpago,

un perfume,

el hijo varón de las ros

 

Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañas

cosas. Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, en

verdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles,

que nunca se salían de su lugar.

Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,

porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cada

vez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,

aquellos hongos purísimos... Esos rocíos, esos huevos,

esos espejos.

Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente

descifrable.

Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente

el porvenir.

Los poetas mayores están allá, donde yo digo

 

Los leones rondaban la casa.

Los leones siempre rondaron.

Siempre se dijo que los leones rondaron siempre.

Parecían salir de los paraísos y el rosal.

Los leones eran sucios y dorados.

Ellos eran muy bellos.

Los ojos como perlas. Y un broche brillante en el pecho

entre aquel pelo áureo.

Los leones entraron a la casa.

Corrimos a esconder los floreros de sal, de azúcar, el cometa

Halley, las queridísimas sábanas nevadas, la

colección

estampillas. Y a traer los sudarios.

Los leones eran al mismo tiempo, presentes e invisibles, al

mismo tiempo, visibles e invisibles.

Se oía el rumor de la leche que robaban, el clamor de la miel

y la carne que cortaban.

Llevaron hacia afuera a la abuela oscura, la que tenía una

guía de rositas alrededor del corazón.

Y la comieron fríamente. Como en un simulacro.

Y -como si hubiese sido un simulacro!- ella tornó a la

casa y dijo: -Los leones rondaron siempre. Están delante

de los paraísos y el rosal. Dijo: -Los leones están acá.

 

 

(Fuente: La Parada Poética)

 

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