jueves, 25 de noviembre de 2021

Begoña M. Rueda (Jaén, Andalucía, España, 1992)

 


 

 

 

 

A 21 de marzo de 2020

 

 

 

De casa a la lavandería

y de la lavandería a casa, España

hace una semana se declaró en cuarentena

por una pandemia de origen asiático.

Mil noventa fallecidos

y veinte mil contagios más tarde,

yo sigo esperando el autobús

de la siete de la mañana rumbo al hospital,

a las ocho me pongo el uniforme,

a las ocho y cuarto se comienza

a planchar las sábanas, a las nueve y veinte

desayunamos y a las diez

doblamos y empaquetamos las mantas, los camisones, las toallas, los pijamas, los paños de cocina, las batas de cirujano, las batas de los médicos, la ropa de las enfermeras, la ropa del personal de mantenimiento, nos dan la doce y todavía nos quedan cinco carros de sábanas para pasar por la calandra, ahora resulta que la calandra no funciona, se llega el técnico, le hace una chapuza y vuelta a sacar otra lavadora, oye mira han llamado de la cuarta, que necesitan almohadas, y así

trabajando sin guantes ni mascarillas

hasta la tres de la tarde,

hora en la que el autobús

me lleva a casa,

a las tres y media almuerzo,

a las cuatro me echo una siesta,

después me pongo la tele y a las ocho

la gente sale a aplaudir a los balcones

la labor de los médicos y de los enfermeros

pero son pocos los que aplauden

la labor de la mujer que barre y friega el hospital

o la de las que lavamos la ropa de los contagiados

con las manos desnudas.

 

 

 


En:  Servicio de lavandería

 

               Hiperión

 

             (Fuente: Papeles de Pablo Müller)

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