DE HOMBRE DESATORNILLANDO CAMINOS
OFICIOS
Alguien se topa con el vacío, suspira y concibe un sendero.
El origen de los caminos es húmedo, y a falta de alquitrán,
alguien los pavimenta con quintales de arenas movedizas
hambrientas de hormigas y otras densidades de la noche
para oscurecer, granulándolo, el camino, fresco aún.
Pero entonces alguien que también colorea calabazas
puntea el camino con guiones pisados, cortos y largos.
Los criadores de formas metálicas exponen sus piezas
a través de un camino que empieza a parecer un cuento.
Alguien atornilla los pies subterráneos del camino
a las manos de lo factible, limitando voluntades.
Y yo, con mi destornillador de siempre, deshago la presión,
aflojo los tornillos un cuarto de vuelta, algo muy leve, lo justo
para que el camino funcione correctamente y a la vez permita
cambiar de ruta a alguien que, en algún momento, advierte
que ese camino no es el suyo, que no debe seguir en él.
Después de mí, el camino está listo para recorrerlo;
espero un poco para ver quién lo transita,
saber quién es ahora, quién, la primera persona.
Me vuelvo a casa, estoy cansado, ya lo he visto:
el último camino fue estrenado por un ratón de campo.
En: Hombre desatornillando caminos
Bermingham
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
No hay comentarios:
Publicar un comentario