domingo, 24 de octubre de 2021

José Donoso (Santiago de Chile, 1924-1996)

 














Sorpresa encontrarte aquí
aunque yo te he traído.

Entramos por nuestro arco de piedra:
lo cerramos porque tu y yo lo decidimos.
Ahondo en la casa como si fuera
la cavidad bajo tu brazo.
Tenues hebras unen
nuestros sueños específicos.

¿Estamos completos?
Si, recuento:
hija, cuadros, perros, y la música
que determina nuestros límites.
Esto que nos guarece en la frazada.
El refugio paternal de tantos libros.
Nuestro sueño devora
la vigilia reversible que somos tú y yo,
diez dedos de una mano,
vaso único para el vino tinto.

El pueblo de piedras tensas: el campo
lo sostiene alto en su palma
de olivares benignos.
Igual, alto, tendidos,
oteamos desde el sueño
el mutuo acertijo de nuestros placeres distintos:
intermitencia de caldos y papeles,
errar por los ecos de la casa vieja,
momentos de soledad o abrazo,
el desgarro del miedo simple
al simple frío.
Saberte, en suma,
la madeja de mi vida.

***

 

En:  Poemas de un novelista. Madrid: Bartleby Editores, 2009.
 
 
(Fuente: La comparecencia infinita)

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario