Hay una palabra escondida en la rompiente
y una costa que dice
"aquí no hay nadie que pueda doblar su recuerdo
como una carta".
Del otro lado del mundo suceden milagros.
En una casa habla el temor.
A veces, se ríen las paredes.
Un hombre muere en otro idioma
es velado por diez pájaros azules sobre una piedra de luna.
Una anciana se lamenta por algo.
Entre rezos y olor a pan tostado, es abrazada y besada por su nieto
quien le obsequia un té de tiempo y un pañuelo.
Escuchar la voz de la noche y ser la noche
no es lo mismo.
Los pájaros envejecidos
hablan de paciencia y una voz
que no es la noche
permanece quieta por piedad.
No es fácil alejarse del aliento del tiempo
cuando ha caído el cuerpo
y el invierno es una catedral donde duerme la tristeza.
Hay una palabra escondida en la rompiente.
Del otro lado del mundo suceden milagros.
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