EL
LAMENTO DE JOSÉ DE ARIMATEA
No
soporto la voz humana,
mujer,
tapa los gritos del
mercado
y que no vuelva
a
nosotros la memoria del
hijo
que nació de tu vientre.
No
hay más corona de
espinas
que los recuerdos
que
se clavan en la carne
y
hacen aullar como
aullaban
en
el Gólgota los dos ladrones.
Mujer,
no
te arrodilles más ante
tu
hijo muerto.
Bésame
en los labios
como
nunca hiciste
y
olvida el nombre
maldito
de
Jesucristo.
Danza
en la nieve
mujer
maldita
danza
hasta que tus pies
descalzos
sangren,
el
Sabbath ha empezado
y
en las casas tranquilas
de
los hombres
hay
mucho más
lobos
que aquí.
Luego
de bailar toca
la
nieve: verás que es buena
y
que no quema tus manos
como
la hoguera
en
la que tanta belleza
arderá
algún día.
Partiendo
de los pies
hasta
llegar al sexo
y
arrasando los senos
y
chamuscando el pelo
con
un crujido como de
moscas
al estallar en la
vela.
Así
arderá tu cuerpo
y
del Sabbath quedará
tan
sólo una lágrima
y
tu aullido.
(Fuente: Revista El humo)
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