Selección de poemas de Estatua de sal
V
Nosotros,
los torpes
miramos siempre
de frente
pero las
trampas vienen en los pies.
Somos
expertos en caer
pero no
en hacernos ciegos.
Es tiempo
de saber que cada mirada de soslayo
fue ya
sufrida.
Y cuando
en esta casa pregunten por ustedes
ustedes, los
que se entrenan con el látigo
se
guardará silencio.
«La
venganza es mía», dice el Señor.
VIII
En
ocasiones yo también vuelvo a la infancia
para observar
la casa
esa caja
de exilios.
X
Nos han
negado todos los brazos en el
descampado
de la vida.
Nacimos
desollados
pero
sepan que recojo toda la piel en este poema
para mostrársela
a nuestros padres.
XXIII
Quisiera
evadir algunas lenguas
decir que
me guardo pura y sin mácula.
Me
gustaría pensar que no ardo.
Pero me
delatan ciertos temblores
ciertas
humedades. (Fuente: La parada poética)
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