domingo, 31 de mayo de 2020
Vicente Zito Lema (Buenos Aires, 1939)
DENUNCIA APESTADA
En una realidad cortada a cuchillo
Denuncio y me hago cargo:
El virus de la peste entró a patadas
Y señorea (también la peste tiene música)
Bajo los altos muros
En el manicomio cerrado de la ciudad…
Que no haya espanto ni clemencia / tampoco asombro
La locura ya fue nombrada muerte y huele fuerte
Vean esas nubes rojas… Los cuerpos en la fila del adiós…
Y aquí no ha pasado nada…
II
Sobre un cielo sin malicia
Denuncio y me hago cargo:
Una jauría de perros (perros y perros /
hambrientos / golpeados / furia)
Mató a dentelladas a un loco (¿quién era / quién era?)
En el manicomio cerrado de la ciudad
La cabeza devastada del hombre / pura agonía
Sobre la mala hierba nos mira… ausente / anuncia
Las nubes rojas son la sangre de los locos
Y aquí no ha pasado nada
María Mercé Marçal (España, 1952 - 1998)
"Toda mujer adora a un fascista..."
Sylvia Plath
-o lo adora, ¡quién sabe!
yace contigo, pace contigo.
No le espanta la tumba. Llamada desde siempre
al reino más oscuro,
muere contigo, y vive de ti.
Ofrenda temblorosa, sólo sabe seguirte
y aferrarse a tu mal
como a un puerto seguro.
Medusa deshuesada, lo que queda de mí
lucha por completarse
sin ti, lejos de ti.
El bisturí vacila. ¿Quién me habita ahí afuera?
¿De qué forma pensarte
como si yo no fuese tú?
PUNK IS NOT DEAD
Palabras para Àngela
Hija oscura del fuego
inextinguible. Amor
violento del desierto:
coraje de palmera.
Ángel no, sino ángela
rebelde, sin un cielo
que perder o ganar.
Sólo, rígido azul,
la pregunta, en abismo.
Tienes agudo el filo
como astros que un alud
de unas sombras de presa,
a sangre, desarmaba,
y con cresta sangrante,
brutalmente, en el alba
han rearmado los gallos.
Chillan los espolones
arrancados, el miedo,
la venganza del día
que el cuchillo ha cegado.
La pena calza orgullo
de bota militar
y el mal busca las altas
torres en que colgar
la alegría-jirón
de bandera robada
al enemigo. Amor
violento de un desierto
sin espejismos. Negro
despertar de una mar
temeraria. ¿Comprendes?
Porque te vi los ojos
entrando con el paso
descalzo de tus verdes
por el bosque expoliado
sin herir el minúsculo
sueño de aquella hierba.
Porque te vi los ojos,
el horror viene a mí
como un pájaro agónico
que reclama un tributo
debido, con impúdico,
vil chantaje de amor.
Y no sé, oscura hija
de la mar y del fuego,
qué arma o qué reclamo
puede echar a este viejo
desleal del futuro.
Ni encima de qué puente
de barcas astilladas
el fuego de una ola
nos unirá en la lucha.
Miguel Sánchez-Ostiz (España, 1950)
DERIVA DE LA FRONTERA
De la amistad, su ausencia.
Liberado más que nostálgico
sentir el alivio de perder
compinches,
de no tener secuaces, de no
pertenecer a nadie,
el alivio de no ser de la
cuadrilla,
de la tribu hostil
de la pura raza puerca
chilena pinochetista, de su baba
en la noche,
de no pertenecer al elogio del
rico,
del puro, del gorila, al canto
del crimen,
o del que se hizo vasco ya de
mayor
para no verse obligado a mirarse
en el espejo
y exclamar agitando los
cascabeles de su botarga:
«¡Soy un mierda!».
Te echarán de aquí ya lo verás
ya lo estoy viendo.
Te echarán de aquí y de allí
y de todas partes
si no aceptas las reglas del
juego,
sus eternos naipes eternamente
marcados.
Llueve en el río de la muerte,
llueve en la mesa de la última
cena,
llueve sobre las ostras y las
algas espesas,
y sobre las canciones viejas,
sobre el santo y seña de la
tribu,
y con ellas la pesquisa de la
sangre de nuevo,
de la buena y la mala raza,
y
la burla —«¡Qué
asco de apellidos!»
y el encono y la revancha y las
putas luego,
los policías abusivos, los
hampones,
los camioneros brutales
que se rascan borrachos la
entrepierna,
y corre el río y corre la época
y estamos al borde del tercer
milenio,
bajo la lluvia, en la choza de
helecho y paja.
Esa y no otra es la fiesta de la
raza,
en la frontera del invierno,
cuando corren y corren y vuelven
a correr
los días cortos y las noches
largas.
La marca del cuadrante
(Poesía, 1979-1999)
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
Miyó Vestrini (Francia, 1938 - Venezuela, 1981)
Zanahoria rallada
El primer suicidio
es único.
Siempre te preguntan
si fue un accidente
o un firme propósito
de morir.
Te pasan un tubo por
la nariz,
con fuerza,
para que duela
y aprendas a no
perturbar al prójimo.
Cuando comienzas a
explicar que
la-muerte-en-realidad-te
parecía-la-única-salida
o que lo haces
para-joder-a-tu-marido-y-a-tu-familia,
ya te han dado la
espalda
y están mirando el
tubo transparente
por el que desfila
tu última cena.
Apuestan si son
fideos o arroz chino.
El médico de
guardia se muestra intransigente:
es zanahoria
rallada.
Asco, dice la
enfermera bembona.
Me despacharon
furiosos,
porque ninguno ganó
la apuesta.
El suero bajó
aprisa
y en diez minutos,
ya estaba de vuelta
a casa.
No hubo espacio
donde llorar,
ni tiempo para
sentir frío y temor.
La gente no se ocupa
de la muerte por exceso de amor.
Cosas de niños,
dicen,
como si los niños
se suicidaran a diario.
Busqué a Hammett en
la página precisa:
nunca diré una
palabra sobre tu vida
en ningún libro,
si puedo evitarlo.
(Valiente ciudadano,
1994)
Antonio Orihuela (España, 1965)
Recorriendo en círculos Boudhanath
Recorriendo en círculos Boudhanath,
¿qué buscas?
Velas,
lámparas de grasa,
danzas con máscaras,
conciertos de trompas...
conmigo sólo van palomas,
barriletes,
paraguas...
todo en un tazón de leche de yak.
En el monasterio de Kopan,
gorros rojos visten de largo
la tarde.
En Madera de un sólo árbol. Ed. Delirio. Salamanca, 2009. (2ª Edición en 2012)
Esperar Sentado. Poesía Completa. Ed. Ruleta Rusa. 2014
sábado, 30 de mayo de 2020
Emily Dickinson, ( Estados Unidos, 1830-1886 )
La diferencia entre la Desesperación
La diferencia entre la Desesperación
La diferencia entre la Desesperación
Y el Miedo — es como Aquella
Entre el instante del Naufragio —
Y cuando el Naufragio ha ocurrido —
La Mente está en calma — sin Movimiento —
Tranquila como el Ojo
En la frente de un Busto —
Que sabe — que no puede ver —
.....
Yo soy nadie
¡Yo soy Nadie! ¿Quién eres tú?
¿Tú eres — Nadie — también?
¡Entonces somos dos!
¡No lo digas! ¡Ya sabes — lo contarían!
¡Qué triste — ser — Alguien!
¡Qué público — como una Rana —
Decir el nombre de uno — durante todo junio —
A un Pantano admirador!
.....
(Trad.: Gerardo Gambolini)
Susana Thénon (Buenos Aires, 1935 - 1991)
Los Fondos del Tesoro
para llegar a los fondos del Tesoro
hay que encontrar primero un Tesoro
y entrar por la puerta
o bien por la ventana
o deslizar un chico por la grieta
o reptar claraboyas herrumbradas
semiabiertas
tal vez semicerradas
el Tesoro duerme la siesta
ya dejó dicho
-si alguien llama le dices que duermo siesta
-¿aunque sea el ministro?
-aunque lo sea
soy el Tesoro
y he devenido un animal fabuloso
cierto que no figuro en el Manual de zoolo
guía fantástica de Borges
pero figuraré en ediciones próximas
como addenda
como noticia de último momento
o como carne de asterisco
un animal fabuloso
que crece mientras duerme
si lo despiertan
o lo tocan
o pretenden cambiarlo de lugar
se achica hasta desaparecer
y reaparece años después en latitudes remotas
donde el ciclo se cumple inexorablemente
por acción del hombre
que es madera de la historia
y por lo tanto carbón del tiempo
al dormir me agiganto
y al despertar me muero
todos hablan de los fondos
y todos pugnan por jugar en ellos
a los dados a la escondida
vanamente descubren que tales fondos
son como el Cáucaso
un lugar que sólo existe
para los caucasianos
y los guionistas de documentales
no hay forma de alcanzarlos
sin despertar mi siesta
y evaporarme
con fondos frentes y pares medianera
que me dejen en paz
si quieren paz
pero si quieren otra cosa
la tendrán en abundancia
las vacas gordas son pura grasa
mientras las vacas flacas andan ligero
y hasta pueden silbar
soy el Tesoro
un animal fabuloso
no me toquen
dedíquense al arte
hablen de mística
y semántica
mediten debajo de la pirámide
tienen tanto que hacer
la vida por delante
la muerte por delante
y ambas por los costados
por arriba
y por adentro
filosofen
archiven
cuelguen ajos
soy el Tesoro
al dormir me agiganto
y al despertar me muero
déjenme en paz
En La morada imposible, Buenos Aires, 2001
(Fuente: Biblioteca Ignoria)
Edgar Bayley (Buenos Aires, 1919 - 1990)
Un hombre trepa por las paredes y sube al
Colgado
de una soga
el
hombre que escala las paredes
tiene
fuertes zapatones con clavos
Escala
las paredes
porque
ha olvidado las llaves de su casa
y
mientras escala las paredes
hasta
llegar al piso trece
se
detiene algunos momentos
en los
balcones de cada piso
donde
aspira el olor de los geranios
las
madreselvas
las
hortensias
y los
malvones
Hay
sol
gallardetes
vendedores
ambulantes
y más
allá está el río
y más
allá los puentes
por
donde se va a la pampa
Abajo
están los niños
que
salen de las escuelas
y por
el cielo pasan aviones y pájaros
y
sombreros de anchas alas
que el
viento arrancó a los desprevenidos
La
soga ha sido atada a la viga
que
sobresale en la azotea
Un
hombre la ciñó a su cintura
y
asciende tomándose de la soga
con
sus manos enguantadas
Usa un
chaleco floreado y una gorra a cuadros
Debe
llegar al piso trece
donde
tiene que regar unos claveles
pisar
maíz
escribir
unas cartas
y
preparar una cazuela
Sube
lentamente
y en
cada piso se detiene un rato para descansar
Entra
en el balcón de cada piso
y se
sienta en un sillón
o se
extiende sobre una reposera
y
conversa con la vecina o los vecinos
y
acepta un café o un mate
o deja
caer un chorro de una bota de vino
en su
garganta
o
juega a las cartas
o
escucha confidencias y da consejos
y
cuenta algún episodio de su vida
hasta
que saluda y se va
y
sigue trepando por las paredes
colgado
de una soga
Es el
hombre que tiene fuertes zapatones con clavos
y un
chaleco floreado y una gorra a cuadros
que
olvidó las llaves de su casa
y
aspira el olor de los geranios
y debe
llegar al piso trece
antes
de que aparezcan los buhos
y se
iluminen las ventanas
Están los
pájaros y el río allá lejos
y el
césped del parque
y los
caballos que galopan por la llanura
y esta
silla desvencijada
y la
bañera
fuera
de uso
llena
de tierra y de flores
y el
mar y el navio que se acerca
y la
lagartija que se escurre entre las rocas
y el
vendedor de diarios que desde abajo
le
grita consejos y advertencias
mientras
el hombre vuela
asciende
conquista
cada piso con esfuerzo
y mira
siempre hacia arriba
la
tierra está lejos
el
cielo está lejos
El
hombre que trepa por las paredes
colgado
de una soga
cuando
entra en una casa por el balcón
es
bien recibido por los vecinos
y él
trata de ser útil
pero
en uno de los pisos
una
mujer inesperada
que es
una sola
y al
mismo tiempo
todas
las mujeres de su vida
le
pide que la lleve con él
Entonces
ella se ata también con la soga
y sube
con el hombre
más
allá del piso trece
hacia
las nubes
el
aire libre
el
cielo
el
viento
entre
los geranios
las
sombrillas
las
reposeras
sobre
puentes y puestos de diarios
y
mástiles
y
enredaderas
y
algunas gotas
y
semillas
y
sueños
con su
gorra a cuadros
con su
chaleco floreado
con su
enamorada de siempre
(Fuente: El blog del amasijo)
Nicanor Parra (Chile, 1914-2018)
Advertencia al lector
Aunque le pese.
El lector tendrá que darse siempre por
satisfecho.
Sabelius, que además de teólogo fue
un humorista consumado,
Después de haber reducido a polvo el
dogma de la Santísima Trinidad
¿Respondió acaso de su herejía?
Y si llegó a responder, ¡cómo lo
hizo!
¡En qué forma descabellada!
¡Basándose en qué cúmulo de
contradicciones!
Según los doctores de la ley este
libro no debiera publicarse:
La palabra arco iris no aparece en él
en ninguna parte,
Menos aún la palabra dolor,
La palabra torcuato.
Sillas y mesas sí que figuran a
granel,
¡Ataúdes!, ¡útiles de escritorio!
Lo que me llena de orgullo
Porque, a mi modo de ver, el cielo se
está cayendo a pedazos.
Los mortales que hayan leído el
Tractatus de Wittgenstein
Pueden darse con una piedra en el pecho
Porque es una obra difícil de
conseguir:
Pero el Círculo de Viena se disolvió
hace años,
Sus miembros se dispersaron sin dejar
huella
Y yo he decidido declarar la guerra a
los cavalieri della luna.
Mi poesía puede perfectamente no
conducir a ninguna parte:
«¡Las risas de este libro son
falsas!», argumentarán mis detractores
«Sus lágrimas, ¡artificiales!»
«En vez de suspirar, en estas páginas
se bosteza»
«Se patalea como un niño de pecho»
«El autor se da a entender a
estornudos»
Conforme: os invito a quemar vuestras
naves,
Como los fenicios pretendo formarme mi
propio alfabeto.
«¿A qué molestar al público
entonces?», se preguntarán los amigos lectores:
«Si el propio autor empieza por
desprestigiar sus escritos,
¡Qué podrá esperarse de ellos!»
Cuidado, yo no desprestigio nada
O, mejor dicho, yo exalto mi punto de
vista,
Me vanaglorio de mis limitaciones
Pongo por las nubes mis creaciones.
Los pájaros de Aristófanes
Enterraban en sus propias cabezas
Los cadáveres de sus padres.
(Cada pájaro era un verdadero
cementerio volante)
A mi modo de ver
Ha llegado la hora de modernizar esta
ceremonia
¡Y yo entierro mis plumas en la cabeza
de los señores lectores!
en Poemas y antipoemas (1954), incluido en Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) (Galaxia Gutenberg Círculo de lectores, Barcelona, 2002, selecc. de Eduardo Milán, Andrés Sánchez Robayna, Blanca Varela y José Ángel Valente).
(Fuente: Asamblea de palabras)
Mario Perone (Santa Fe, Argentina, 1929 - 2020)
Mi
mano elige...
mi
mano elige
una
indiferente tiza blanca
traza
en el seco suelo duro
alrededor
de mi sombra
un
círculo perfecto
desde
entonces
―exactamente
desde mi nacimiento―
espero
que alguien
o
algo
―ángel
casualidad
tormenta
destino
objeto
imagen
recuerdo
sueño
persona―
o
tal vez sólo tiempo
se
decida a prestarme su ayuda
para
escapar
de
aquí
*
Sueño
1
Sueño.
Suelo sentir que estoy soñando,
que
te sueño sentada en la penumbra
y
esa lámpara frágil que te alumbra
tu
perfil va esfumando.
También
suelo esperar. Sigo esperando.
Mi
cara a tu mirada se acostumbra,
mi
cuerpo en tu reflejo se deslumbra
y
tu voz va callando.
Y
sueño que mi brazo no te alcanza
y
corres hacia la desesperanza
y
mi amor no te toca.
Sueño
pequeño, sueño desolado,
sus
cosas son las cosas del pasado
pero
no se equivoca.
2
Ese
viento de ayer vendrá mañana,
arrastrará
las hojas que han caído,
las
que hoy están cayendo y las que han sido
sólo
un fugaz reflejo en mi ventana.
La
eternidad del viento, su liviana,
temible
y alta fuerza no ha perdido
su
mágico dominio. Su bramido
castiga
la endeblez de mi persiana.
Viento
y tiempo. Misterios semejantes,
barren
todo: cenizas y diamantes,
y
mutan la esperanza en desconcierto.
La
eternidad sólo a ellos pertenece.
A
su paso, el pájaro enmudece.
Lo
que ayer fue inmortal, hoy está muerto.
(Fuente: El trabajo de las horas)
viernes, 29 de mayo de 2020
Wallace Stevens (EEUU, 1879 – 1955)
La realidad es una actividad de la más augusta imaginación
El viernes pasado, en la gran luz de la noche del viernes pasado,
Condujimos a casa desde Cornwall a Hartford, tarde.
No era una noche soplada en una cristalería de Viena
O de Venecia, inmóvil, acumulando tiempo y polvo.
Había como un aplastamiento de intensidad en un molino que girara
Bajo la faz de la estrella vespertina hacia el oeste,
El vigor de la gloria, un centelleo en las venas,
Mientras las cosas emergían, se movían y eran disueltas,
O bien a la distancia, cambio o nada,
Las transformaciones visibles de una noche de verano,
Una abstracción argentina que se acerca a una forma
Y que súbitamente, al negarse a sí misma, se extingue.
Hubo un no sólido ondular de lo sólido.
El lago nocturno del claro de luna no era agua ni aire.
Versión: Isaías Garde
Reality is an Activity of the Most August Imagination
Last Friday, in the big light of last Friday night,
We drove home from Cornwall to Hartford, late.
It was not a night blown at a glassworks in Vienna
Or Venice, motionless, gathering time and dust.
There was a crush of strength in a grinding going round,
Under the front of the westward evening star,
The vigor of glory, a glittering in the veins,
As things emerged and moved and were dissolved,
Either in distance, change or nothingness,
The visible transformations of summer night,
An argentine abstraction approaching form
And suddenly denying itself away.
There was an insolid billowing of the solid.
Night’s moonlight lake was neither water nor air.
(Fuente: Biblioteca Ignoria)
Claudio Gaete Briones (Chile, 1978)
Foyeko. Tiradura de casa
a romperlos en el canto de la cocina
ajíes secos ramitas de romero
cabezas de ajos se agitan y raspan la pared
frente a su cara
la sombra de su esposo abre la puerta
de la viga cuelgan carnes
nervios y huesos untuosos el ñache
gotea sobre las tablas
miro la noche a trasluz
frente a mi cara se rompe un nylon/ percutido/
baquetas sobre el cuero tenso de la voz/
saltamontes/
río bueno/ una piedra
la abuela junto al fogón
y la noche en que
tres hombres la atacaron y
la echaron de su casa en foye-
ko, agua de canelo envenenada
por gallinas castellanas
la lluvia
agranda la casa
los tablones llevan la cuenta de los asaltantes
las fonolas no crujen el moho las curva
leche cortada se azota en las ventanas:
el paisaje es obturado por la niebla
las especies de la casa
no sueltan su historia
a un cuchillo en la frente
o un cubrecama ahogándote
la nieta de seis años
abre la ventana y saltan a la huerta
la linterna no las descubre detrás de un cerezo
cerca del pozo el angelito te abre paso entre las
murras que no rasmillan tus piernas con várices
cruzan la pampa
en lo alto hay un hualle y un toro blanco
sacando apenas el resuello
llegan y lloran donde una sobrina
miras la noche a trasluz
como la tierra de los antiguos
la memoria no es redonda
sino larga
(Fuente: Asamblea de palabras)
Ernst Jandl (Austria, 1925-2000)
EVITA TU VIDA
eres un hombre, pariente de la rata
niega a dios.
nada comiences, para que no tengas que terminar nada.
no te comenzaste –fuiste comenzado.
reventarás, lo quieras o no.
tener suerte: matarte y matar a tu madre en el parto.
busca una sola cosa: tu muerte rápida indolora.
responde a pedidos de ayuda con oídos sordos.
usa tu pensamiento para olvidarlo todo.
borra el amor de tu vocabulario.
quema tu diccionario.
respírate hasta morir.
___________________
en “Diáspora(s)”, nº 6, marzo de 2001. Trad. Francisco Díaz Solar.
Anuar Zúñiga Naime (México, 1982)
DIOS TE AMA
porque no vive contigo
porque no le quita tus pelos al
jabón
cada mañana
en la regadera
porque no te escucha roncar como
una sierra eléctrica
a las 3 de la madrugada
masticar con la boca abierta
porque no tiene que limpiar la
tapa meada del excusado
todos los días
dios te ama
porque solo te ha visto salir en
la tele
————————————
HOSTILE TAKEOVER
la muerte de mi padre fue
mentira
hasta la cuarta noche
la taza de café empezó a
temblarme
y no pude amarrarle las agujetas
al poema
En El metabolismo de los reptiles
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
Umberto Saba (Italia, 1883 - 1957)
COCINA ECONÓMICA
¡Inmensa gratitud
a la existencia
que ha conservado
estas queridas cosas,
océano de
delicias, alma mía!
¡Oh, cómo todo en
su lugar se encuentra!
¡Oh, cómo todo en
su lugar persiste!
También hay
salvación en gran pobreza.
De la rubia polenta
la belleza
conmueve mi mirada;
el corazón,
por secretos
hechizos, sube a límites
del humano posible
sentimiento;
yo, si pudiera,
aquí querría morir,
me trajo aquí un
instinto. Indiferentes,
dos albañiles
cenan a mi lado;
y un viejito que el
plato sin el vino
ha consumido, en sí
se ha recluido
y en la dulce
tibieza acogedora,
como el niño en el
vientre de la madre.
Se parece, quizá,
a mi pobre padre
vagabundo, al que
madre maldecía;
un niño
estremecido la escuchaba.
Me siento aquí
cercano a mis orígenes;
me siento de
regreso a un lugar mío;
al pueblo en el que
muero, en que he nacido.
Versión Pablo Anadón
María Luisa Spaziani (Italia, 1922 - 2014)
La nieve roja, que cuando aparece
trae luto en el sur, quema los brotes
y hunde barcas nocturnas en vorágines
de siroco o monzón a flor de olas,
se anunció como un signo de desgracia
el año en que naciste. Reconfórtate,
sin embargo, disuelve tus temores
allá en el trébol de tu huerto: cae
el mal año, el mal ánimo, el mal de ojo,
después del novilunio, al cuarto día,
si por vos ruega un alma a medianoche.
Y yo ruego por vos, siempre he rogado.
Y reído y llorado y blasfemado.
[Versión de Pablo Anadón
Córdoba, 26-V-19]
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