Demian Palacios (Ciudad de México, 1990) es un poeta mexicano. Estudió en la UNAM la licenciatura de Psicología. En 2024 Buenos Aires Poetry (Buenos Aires, Argentina), Congreso Cifar (México) y FlowerSong Press (Texas, EUA) publicaron poemas de su autoría. También ha participado en antologías mexicanas para el Colegio de Ciencias y Humanidades, UNAM, Seres Abisales (Verso Destierro), Palabra de Colibrí III (El Canto de la Alondra). En el 2018 publicó su primer libro, Donde se hiela la sal del mar bajo el sello Ediciones del Lirio.
LA LLUVIA DE LOS QUETZALES
Como todo lo que se hace sentido y llueve
como se acelera el tiempo al ayer
en el agua de las piedras
con hojas de este otoño acabado y tibio.
Son las estrellas en punto del ensueño de las nubes
y veo de noche el silencio de las cosas,
ese aire tenue que congela las alas y el vuelo
a la mitad de la espuma lisa,
puede ser algo que suene al canto.
A pesar de una década de años tristes
desapareció el viento en este adelanto,
cerca del polvo y el humo y todos los colores verdes
en esta envuelta piel de los tonos.
Las luces, los minutos largos,
y el tiempo que se divierte con las horas,
adentro la jaula sopla,
cuando giran cerca del pan
y en los brazos de la luz del sol
comienzan a verse lejanamente oscurecidos.
PÉTALOS EN EL SUELO
Todo es ideal para prendarse bajo la lluvia
dentro de lo que fue y fueron huesos de cuarzo,
cuando la vida dejó de amanecer
dejando la tinta para poder imaginar los días cada mañana.
Tu estrella, tú razonante luz de los cometas
o un aura perdida en el cielo
una promesa quemada de ceniza y de sueño
en el albor y el frío.
Como levantarse antes de la primera nube
inventando el sonido de lo que no tiene voz,
ni canta amainada a la esfera que llamamos mundo
y todavía estalla en mí alrededor de pasos.
Habrá que abrir las ventanas
tirarse del agua al mar
donde regresan las flores y se hacen pétalos en el suelo.
En el abrir de las ventanas
de todo lo que se convierte en pesadillas
en este juego que tiene la noche
que los espectros le llaman el final de todas las tardes.
CUANDO SE TERMINE EL CANTO
Eras como un antes y te llamaste octubre
atada a trazos de estrellas,
vives en el tiempo
en esta fuga que quiebra esta voz.
Comienza inquieta cuando se termina el canto
a volver al frío en tu piel
a darle calor en forma de seda cuando duermes.
Ojalá el día no brinque
ni disperse la luz
de la forma danesa de tu nombre Catalina
que se hace simulando agua y la pureza.
Como Odiseo no puedo pronunciar tu nombre
y estoy donde se termina el mundo,
donde se pierde la noche
y tú pintas flores con las ninfas
y busco las semillas que roben tus tardes
que nadan en tu trayecto frágil, Perséfone.
La lluvia de los quetzales
Buenos Aires Poetry, 2024
74 pp.; 13,34 cm. x 20,32 cm.
ISBN 9789878470894
Poesía México
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