Cantar de la iluminación, fragmento
Un monje de entrecasa
¿Cuántos nacimientos? ¿Cuántas muertes?
Nacimientos y muertes se extienden hacia distancias remotas,
sin un final fijo.
¿Cómo podría agraviarme el insulto o complacerme la gloria?
En lo profundo de las montañas habito un lugar tranquilo.
Apartado en un pico solitario bajo altos pinos.
Despreocupado me siento a meditar, un rústico monje de
entrecasa.
Quieto, vivo en lo espontáneo, en la verdadera ligereza.
La luna brilla en el río; el viento suspira en los pinos.
¿Queda algo por hacer en la larga y clara noche?
La perla del precepto de la naturaleza del Buda es el Sello-Mente
de la tierra.
Niebla y rocío, nube y vapor son sus vestiduras.
El cuenco de la limosna subyuga al dragón; el bastón de bronce
vence a los tigres,
sus anillos dorados tintinean armónicos.
No se trata de un símbolo sin fundamento,
Es el bastón enjoyado del Así Venido que él se legó a sí mismo.
(Fuente: Isaías Garde)
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