lunes, 25 de noviembre de 2024

Héctor Giuliano (Piamonte, Italia, 1947)

 

He nacido
de bruces
en la boca
de la confraternidad prerrafaelista,
vicino alla natura
e ad un ordine
stabilito da Dio.
En lecho blanco,
diez pulgadas
infantiles
y la adolescencia
orillada en el delito:
splendore dei colori
y esta marca de la yuta
en una oreja
que parece un sablazo
entre los dientes y el bigote;
oligarca del escrúpulo,
la certeza,
la duda,
la incredulidad,
la lengua del gato
y la pelambre sagrada
que todo simula.
Morto a Firenze,
avrebbe liberato
della schiavitú
el corazón
que
rebuzna emigrado,
que no sabe de calma,
arneses de fuga,
de una tórrida siesta
bajo los paraísos en flor
y el pleno lenguaje
de La Sfinge di Giza.
 
Y hoy
casi lunar,
a la espera de un turno
del perro que mata a la oveja
y saja el páncreas
de un juez y la balanza.
 
Morto nell specchio
que un ángel representa,
tan sin alas,
acurrucado,
temeroso,
diga,
como vera luz
y suerte,
mancanza di atmosfera.
 
Destino yerto,
contracción del universo,
chocolate por la noticia.


-Inédito -

 

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