yo
que cada día escarbo bajo mi piel
no tengo sed
pero desde el origen de esta sed
no llevo a mi pequeño demonio bien pulido —tengo
diez mil de ellos royéndome
y les sonrío
no como una gioconda
no como un buda satisfecho con su desapego
ni como un yogui con un alma esmeradamente musculada
sino como un hombre
para el que no todos los caminos son buenos
y
a medida que el hueco de allí abajo se agranda
extrañas máquinas aparecen en mi cuerpo
(…)
Entonces
tentación de organizar de inmediato la conquista
y disfrutarla
hace sol debajo de los hombros
entonces
tengo un alma
—comprendo—
y una conciencia que se toma a sí misma por el ser
este es el reinado de la herramienta
entonces
la gracia defeca en el cerebro
y la convexidad del cuerpo
toca la del cielo
y duermo
como un dios sube por la garganta del padre.
(...)
ESTOY BIEN CON LO QUE PIENSO
y me miro pensar
forzándome a zurrarme en la mierda
de mi propio pensamiento
en vez de relumbrar
inmóvil
como el sol
(Fuente: Lab De Poesía)
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