Estado de materia
Tres poemas de la sección (hasta lenguaje)
Cuando
aparecen las velas invisibles, redes en las que no se puede oler el
cielo, se ingresa a un área náutica yerma, donde casi no quedan restos
óseos debido a la acidez y la humedad. Allí el cuerpo está alineado con
el amanecer, mirando al Este. Los análisis biomoleculares, bioquímicos y
geoquímicos indican presencia de cerveza de trigo, miel, mirto y
arándanos. En esa temporalidad extendida se está sentenciado al fracaso,
a la decadencia de lo aséptico. Es agua gruesa, obra oscura que se
pierde en cosas de lenguaje.
· · ·
La
distancia entre la persona y sus palabras es una especie de pasillo
flotante, galería aérea en peligro de extinción. Un medio para abrir una
brecha, un trabajo primordialmente manual. Los ensueños y fantasmas que
se presentan ante los ojos emergen en forma brusca, concluyente,
inesperada. Es un caso sur, donde se puede desertar de los vivos con una
inclinación silenciosa de desaprobación, una zona donde los objetos se
desploman, innombrados.
· · ·
Sabía
hablar, aunque prefería no hacerlo. Tal es la fuerza del silencio.
Actúa como espejismo. El detalle que se involucra. La impermanencia.
Desconfía de la capacidad de las palabras para vincular. Decide
retirarse, buscar refugio. La bruma, la disolución de los límites. Una
minuciosidad que encapsula. La capacidad del vacío.
en Estado de materia, 2016-
en Poesía cero, Descontexto Editores, 2022
Fotografía original en Guadalajara (2018) de Juan Carlos Villavicencio
(Fuente: Descontexto)
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