jueves, 30 de diciembre de 2021

Mariana Ferro (La Plata, Buenos Aires)

 

PAN DULCE

 
 
A esta hora una abuela piensa
en hacer pan dulce para sus nietos.
 
Una mujer insomne saca su pan dulce de la alacena
y se lo come entero,
a las tres de la mañana.
 
Un maestro pastelero jubilado se debate
entre el deseo y el hartazgo
de meter las manos
en la masa blanda
y perfumada.
 
Antes de que salga el sol, el agua de azahar
baldeará las veredas de las panaderías
y se extenderá hacia el cielo
y hacia el fondo.
 
Allá en el fondo,
la navidad llora sobre una torta frita
sin dulzor y sin frutas
en la amarga infancia de un niño desnutrido.
 
Muchos pensamos en jazmines en diciembre.
El hambre piensa en decir basta.
 
Se mezclan los perfumes,
se enroscan los olores,
se drogan las conciencias,
se amasan los dolores,
se cortan los panes dulces
en ocho porciones
con un cuchillo se cortan,
 
 
y sin corazón
en el medio.



(Fuente: Mariana Carabajal)

 

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