TODOS AQUELLOS LUGARES HAN DESAPARECIDO
TODOS aquellos lugares han desaparecido,
los cubrió el polvo,
nos llevó el viento,
cambiamos de región,
adoptamos la lengua del silencio
y en ella cuesta recordar.
Ahora
ya no pasamos miedo,
vivimos con él,
lo sentamos a nuestra mesa
pensando en el frío de ahí fuera, en el alquiler,
en lo humillante de la cola de los parados,
en el helicóptero que zumba sobre nuestras cabezas,
en las consignas que dicen
que no miremos a la cara a la policía,
que no hablemos con desconocidos,
que no hablemos con conocidos,
que no hablemos...
Y así,
en silencio,
lavamos nuestras manos
con la esperanza de no ser los únicos
que recuerden
cómo festejar
la vida.
En Esperar sentado. Ed. Ruleta rusa, 2017
(Fuente: Voces del extremo)
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