miércoles, 29 de diciembre de 2021

José Pulido (Venezuela, 1945) Reside en Génova

 

 

LOS OJOS DE HANNI

 

      a Hanni Ossott

 
El zorro ártico mira las estrellas
con ganas de comerse la vasta muchedumbre
Si se volvieran malvadas las constelaciones
y crearan un hambre de serpiente arriba
se tragarían como venado al zorro ártico
pero nunca jamás apagarían sus ojos
porque son los mismos que usaba Hanni Ossott
 
Ojos de zorro polar acurrucando poemas
asustados en las piedras hendidas del ayer
cazando deseos virginales que no hay
bajo un sombrío clima de damasco y satén,
sus palabras que se fueron rompiendo retoñando encendiendo
como las brasas mentales de Rainer Maria Rilke
palabras de necesitar amor teniéndolo y de sacarle brillo
a sueños que se oxidan
 
La noche era un proceso de no amar, ponderar el sufrir
soportaba silencios de señora que no compartía sus dolores
y su aurífera boca curaba las palabras
se atiborró de bibliotecas, cocinó una casa y se la comió,
también se tragó un ángel y media docena de literaturas paralelas,
todas esas cosas que uno hace de repente cuando ya no puede más y entonces recapacita y ya no puede más 
 
Cuando mueres no sabes leer
No intentas bailar, ni te invitan a una interesante reunión
pero es obvio que ella sabrá realizarlo todo en forma de futuro
 
ponga usted un cuarto en un espejo
para que la vea cruzando hacia el perfume
que ha quedado en el verbo destapado sin tapa descubierto
buscando nido efímero en las galaxias de los guardarropas 
 
Cuando mueres no eres tú quien se va
y ella no se fue ¿cómo podría alejarse?
ya estaba mordida de constelaciones
 
inmune ante el olvido
hacendosa dueña de soledades huérfanas
dejó clavados sus ojos refulgentes
como un almanaque
en todo lo que vamos a sentir de ahora en adelante

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