lunes, 27 de diciembre de 2021

Berta García Faet (Valencia, España, 1988)

 


DESEO  

Y mujeres que sólo se alimentan de pétalos de rosa
OLIVERIO GIRONDO

and the lovers
pass by, pass by
SYLVIA PLATH


Padres, hermanos, amigos, profesores:
soy un ser de deseo.

No es suficiente el contexto
−yo en el salón, en la bañera, en el cine, en el despacho:
ocupada en las tareas que desubican el deseo−
para lograr acallar este hecho sin espacio:
que, especialmente,
soy un ser de deseo.


En el reino de la astenia y sus panfletos,
en el milenio de la saturación y los cuerpos bellísimos
encerrados en patéticos frasquitos de fobias,
sin tocarse,
yo soy un ser de deseo: bocas entreabiertas,
corazón-voluta.


En el mundo de los helados estanques
de unidades inconmensurables y aisladas del contacto
(cuerpos bellísimos agarrados a maderas,
miedosos de rozar un tobillo,
por si al final se enamoran),

os tan-solemne-y-tierna-y-felizmente anuncio
una pulpa de deseo: no puedo salir de Shostakovitch
y me alimento de trompetas y de amores de la infancia
que me encuentro en el metro y de señores-frutas.


Soy un ser de deseo:

1. Sé lo que es una revuelta de hormigas rojas
africanas
por entre las piernas.

2. Sé lo que es llegar a morderse los labios.

3. Sé lo que es decirle, por ejemplo
oh qué interesante

mientras pienso
oh Dios lo que te haría
oh Dios oh Dios en cuanto te descuides
te planto un beso que te mueres de colores;
y,
luego,
impondré mi disciplina −y una cierta dulzura−
en tu cuarto ex-templo-de-ver-castamente-películas;
y,
luego,
montaré una fiesta con los que un día fueron míos,
y os haréis buenos amigos, y volveremos todos
a un cierto París básicamente de cuellos.

Porque,
sobre todo,
soy un ser de deseo;
y si me muevo por el mundo
es para que engorde, que engorde, que engorde
a mis expensas.
Constantemente paso hambre.
Soy un ser de deseo, caminamos juntos
por mi diagonal de cosas:
algún prodigio, alguna ventana.


Y sólo cuando mi deseo
se ha convertido en una inmensa bola
o en un pichón o conejo obeso y planetario,
lleno de estrías por seguir creciendo
hasta llegar al límite abismal de su volumen posible,

sólo entonces,
cuando su tamaño ya nos resulta plenamente asqueroso,
socialmente nocivo, sentimentalmente molesto,


lo mato
y me lo como.


De Fresa y herida (Diputación de León, 2011)

PROCEDENCIA: ACRÍLICOS


todo lo que alcanza el cuerpo a hacer en vida
BRODSKY


Formo parte de aquel selecto grupo de chicas
a las que Las Chinas han acariciado el pelo
¿es natural? ¿es natural? ¿es natural?
y los chicos comido concienzudamente
muslos y omoplatos en garajes y autocines.

Me casaré contigo. Verás. Me casaré contigo.

Desde sus cubitos-corazón, los inocentes
numerosos mirones supuestamente imparciales
(hoy, por sinestesia, físicos, aves y piedras,
un médico, un músico, un gestor de manías)
se empeñaron en proclamar el supuesto prodigio
de mis atributos visibles (los de todas las chicas)
(que, a los quince años, somos todas la misma:
un dibujo de Brenda, vulva-mirto-en-el-agua,
¡mirad los pellizcos!: violetas contra el mundo)


Hoy está claro:
el amor lo ve todo muy bello

muchas gracias a lo cual
formo parte de aquel selecto grupo de chicas
que, en la adolescencia,
no hicieron régimen.

¿Nos vamos a París? ¿Nos vamos a París?
Me casaré contigo. Verás. Me casaré contigo.

Los chicos (hoy la mayoría filósofos de la ciencia,
escultores de fresas, pintores de heridas, diplomáticos)
se atrevían,
se atrevían a sangrar por las rodillas
(su menstruo divertido),
se atrevían,

y nosotras −lógicamente vírgenes y drogadas−
creíamos muy importante
cerrar mucho los ojos al besarnos.


Hoy está claro:
fueron tiempos felices

muchas gracias a lo cual
formo parte de aquel selecto grupo de chicas
a las que acechaban por los mares los hombres excesivos
−nos moríamos de miedo, corríamos, sudábamos;
pero nos sentíamos bonitas: eso bastaba: eso entonces
bastaba−

y los chicos nos juraban apasionadamente
atrocidades y absurdos en cementerios y playas,

y los chicos exponían con notable entusiasmo
sus motivos: es baratísimo, verás, te lo prometo,

y los chicos adoraban increíblemente subversivos
cada una de nuestras explosivas fotosíntesis.


Hoy está claro:
fuimos precoces en la exuberancia

muchas gracias a lo cual, más tarde, ésta
no pudo confundirme

y he sabido
que, si el criterio es la valentía,
todo es decadencia desde los trece.

Ya que formo parte de aquel selecto grupo de chicas
a las que Las Chinas Del Verano Inglés acariciaban el pelo
¿cómo lo haces? ¿cómo lo haces? ¿cómo lo haces?
y los chicos comían eruditamente
en literas y jardines vértebras y labios.

Me casaré contigo. Verás. Cuando cumplamos veinte.


Hoy todo está claro:
el amor lo ve todo muy bello,
fueron tiempos felices,

soy una coleccionista y,
celosa y sucia,
palpo

las páginas de mi acumulación.


De Fresa y herida (Diputación de León, 2011)


BASES DEL CONCURSO


It is a terrible thing
to be so open: it is as if my heart
put on a face and walked into the world
SYLVIA PLATH


Tanto la temática ¿De qué vas como el procedimiento
sacándome desnuda serán (recreándote en el pecho)
de absoluta libertad del autor en un maldito poemario?

¿De qué vas? ¡A doble espacio! ¡Por cuatro
perras, por quintuplicado!
Todo el mundo va a reírse
Todo el mundo va a medirme, sin entender nada
Ahora todo el mundo va a saber qué soy

Ahora todo el mundo va a saber que soy
blanca en agosto
y suave y sencilla

Oh delicada Honey
que abortas y no se lo dices a Nick
y desquiciada Martha
que le cargas el muerto a George:
sí, durante tres segundos también las fui
como todo aquel que se ennegrece tres segundos
cada década de flor,

pero se supone que esto era un secreto
entre tú, el jardín y yo, los cómplices insólitos
que se descaran y desnudan sólo porque saben que se van a ir
por la mañana.

Todo el mundo va a reírse.
Me van a medir, yo
lucharé
como un animal ciego en un agujero en la tierra, yo
lucharé
(heurística del escondite para hundir la transparencia), yo
lucharé
contra tu retrato y el galardón a tu retrato
de mí
con la mentira: les diré “ésa
no soy yo”.

De Introducción a todo (La Bella Varsovia, 2011)






Berta García Faet (Valencia, España, 1988). Es autora de los libros Manojo de abominaciones (XVI Premio de Poesía “Ana de Valle”; Ayuntamiento de Avilés, 2008), Night club para alumnas aplicadas (VII Premio Nacional de Poesía “Ciega de Manzanares”; Vitruvio, 2009), Introducción a todo (IV Premio de Poesía Joven “Pablo García Baena”; La Bella Varsovia, 2011), Fresa y herida (Premio Nacional de Poesía “Antonio González de Lama” 2010; Diputación de León, 2011) y La edad de merecer (La Bella Varsovia, 2015).

Colaboración: Jesús García Mora

 

(Fuente: Revista El Humo)

 

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