CON LA TETERA AL FUEGO (PLEGARIA)
¡Oh Señora de los Ríos que Confluyen!
no permitas que tengamos que dormir solos ni
siquiera en la mitad de las ocasiones.
No nos dejes deambular perdidos por sórdidas
estaciones sin que nadie salga a recibirnos.
Acércanos tantas caricias y abrazos como gotas
traes a nuestra ventana en los días lluviosos.
Déjanos despertar a menudo entre besos
profundos, como cafés bien cargados.
¡Señora de los Ríos que Confluyen!
puebla nuestro lecho de risas y de poemas,
de canciones y de ingeniosos juegos.
Sírvenos durante la contienda especiados
chocolates y vinos turbios, las frutas más
jugosas, los dulces más exquisitos…
Concede a nuestros labios el poder de
pronunciar a un tiempo las palabras más
procaces y las más tiernas.
Haz que viertan las mermeladas, que hierva
el agua, que goteen las mieles, que se abran las
compuertas, que se filtre la ambrosía, que se
desborden los ríos, que el polen se precipite…
que las ropas y las dudas salten por los aires.
Entréganos todo el tiempo del mundo
y líbranos de cualquiera de nuestros
quehaceres.
Y después, y si no es mucho pedir
¡Oh Señora de los Ríos que Confluyen!
envíanos el más reparador de los sueños
para que podamos volver a comenzar
en cuanto sea posible.
En: Erosiones
Poesía Garvm
(Fuente: Papeles de Pablo Müller)
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