AGUINALDO
Antes de marchar
mi padre me desvela el misterio,
doce botellas de agua filtrada,
dos bolsas de naranjas de seis kilos
y una lechuga.
Ni tenéis buena agua
ni coméis naranjas,
–me dice–.
Después pone en mi mano tres piedras blancas,
casi transparentes.
Las cogí en el campo
porque sé que te gustan,
–me dice–.
Y me abraza
como recordándome
que apenas le queda tiempo
para hacerlo.
En: Qué tarde se nos ha hecho. ERE, 2019
Fotografía de Daniel Macías Díaz
(Fuente: Voces del extremo)
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