jueves, 4 de noviembre de 2021

Robert Krajewski ( Polonia, 1970 – 1991 )

 


Robert fue un poeta que creció en la misma ciudad que yo, una mediana y postindustrial ciudad de provincia en Polonia central. También estudiábamos en el mismo instituto. Las clases de Lengua y Literatura nos marcaron a ambos. Nos enseñaba el profesor Włodzimierz Rutkowski, que convertía estas horas en obras de arte, en unas clases magistrales de nivel académico. Participábamos en los mismos concursos literarios solo que yo lo hice siete años más tarde. Robert murió a los 21 años a causa de un hematoma intracraneal cuya existencia ignoraba. Dejó 77 poemas, que los críticos incluyen dentro de la corriente de la imaginación envalentonada (junto con Roman Honet). Le obsesionaba la muerte, la búsqueda de la ternura en un mundo donde el amor es imposible. Su fuerza radica en la absoluta sinceridad que implica nihilismo y una postura crítica. Su último poemario (1991) se titula Algo de una tortura latente.

                                                  Ada Trzeciakowska

 

 

ESCALERA DE JACOB

 

no hay claridad omnipresente
y no puedo ver tus ojos

te sorprenderá
dicen con desprecio
que no he visto
ejecuciones realizadas con destreza
que no conocí el olor
de la cal muerta

en verdad
los veo a todos
cada día
mientras suben por una escalera alta
de uno en uno ascienden
a los cielos

también veo a un joven
que expiró bajo el látigo
va subiendo lentamente
peldaño a peldaño
se detiene en la cima
de la escalera de jacob
mira a mi lado
suspira 
y se lanza al cielo
agitando sus flacos brazos
como un pájaro alcanzado por una bala

vuela sólo un momento
cae de bruces con estrépito
muere
pero su espalda, endurecida por la sangre
se pone más y más
azul

 

drabina jakubowa

mówią z pogardą
że nie widziałem
sprawnie prowadzonych egzekucji
że nie czułem zapachu
gaszonego wapna

zaprawdę
widzę ich wszystkich
codziennie
jak po wysokiej drabinie
wchodzą pojedynczo
w niebiosa
widzę też chłopca
który skonał pod pejczem
idzie powoli
szczebel po szczeblu
przystaje u szczytu
jakubowej drabiny
ogląda się w moją stronę
wzdycha
i rzuca się w niebiosa
wymachując chudymi rękami
jak postrzelony ptak

leci tylko chwilę
upada na twarz z łoskotem
umiera
ale jego zrogowaciałe od krwi plecy
błękitnieją
coraz bardziej

 

 

(Fuente: Ada Lírica)

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