lunes, 1 de noviembre de 2021

Juan Ortiz

 

 

De noche, al despertarme
 

De noche,
al despertarme e ir por agua,
suelo sentir que la cocina queda más lejos.
Juro que doy más pasos de lo habitual,
muchos…
y no entiendo,
pero no enciendo la luz
por temor a ver lo que no debo.
De noche,
al despertar e ir al baño,
suelo sentir que el escusado queda más lejos.
Y sí,
por Dios que camino más de lo normal,
cuadras enteras, diría…
pero no enciendo la luz para entender el porqué,
porque no ver lo que no debo.
De noche,
al despertar e ir a la escuela,
extrañamente esta sí queda cerca,
aunque al entrar siempre está vacía.
Yo me siento en mi lugar,
hago como que escribo,
pero no enciendo la luz para no ver lo que no debo,
sino que espero
hasta que un extraño sueño me abraza
y el ciclo comienza de nuevo.
Sonará extraño,
pero a veces siento que Pedro va por agua a la cocina,
o se acerca al baño,
y si bien sé que no vuelve,
que está lejos,
en el cementerio al lado de la escuela,
algo dentro de mí lo percibe andando la casa de noche,
cuando duermo.
 
 
 
(Fuente: Bajo la sombra del tiempo)

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