Pasante
Que parezca que se ha plantado. Que parezca
que hay árboles en el jardín y flores y también
mala hierba. Que parezca que se plantó y creció
un árbol y flores, hierba. Que parezca, siempre,
porque es verdad que hicimos lo necesario para
alcanzar, ahora, a esta hora, lo que somos:
un desvío, algún remordimiento.
Soledades
Es confuso lo que uno podría ser
para otro cuando uno no conoce
aquello que oscuramente quiere,
pero sabe que lo perderá; como algo
que no está sino en uno, que hace daño,
pero como uno se hace daño a sí mismo;
que humilla y da miedo. Un miedo
que parece una pregunta de inicio
y despedida; mejor: un permanente adiós.
Es confuso; después uno vive la vida
lleno de miedo ante su piel, un miedo
de murciélago solo encerrado en una casa
de luces, un miedo como una mancha oscura,
otro.
Y pasa el tiempo y de a poco uno
va cambiando palabras intrascendentes
o palabras de búsqueda cada día, y
de a poco quita los espejos, descuelga
los cuadros, vende los muebles de la casa.
Con las puertas arrancadas, las ventanas
abiertas, agachado en un rincón lleno de frío,
uno termina preguntando a uno ¿qué vio? ¿qué?
No durará
Ola de calor. Y después lluvia. Lluvia
que trae la ola de calor y lluvia. Se repite:
hace calor, hay lluvia: se repite: no durará.
Pero allí hubo, entretanto, tormenta, un cielo
enorme y gris atravesado por luces y bengalas
y estruendo. Algo así como el amor, el tiempo,
moscas que se atrapan aquí y allá, chispas
volando con sus patas de miel y repentinas,
instantáneas, tiesas, sucias, desmoronadas.
Ola de calor, lluvia, alas: eso que ahora raspa
la pared y hundido respira: hocico, charco
contra una luz sosa, descompuesta.
¿quién?
De "Tabla rasa" Ed. del Dock, 2016
Foto: gentileza de Cristina Piña
(Fuente: Campo de maniobras)
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