lunes, 25 de octubre de 2021

Antonio Orihuela. (España, 1962)

 

EL COMISIONISTA

 


 

 

I

 

A él, que jamás leyó un libro

le consagraron centros de investigación

y premios de poesía.

 

A él, que no le gustó nunca estudiar

le homenajearon con colegios, institutos

y una universidad.

 

A él, que jamás iría a uno público,

lo llevaron a inaugurar hospitales.

 

 

 

II

 

Puede que el pueblo, siempre agobiado

con las cosas vulgares del comer,

pagar la hipoteca y sacar los hijos adelante

no lo supiera,

 

los de abajo, siempre tan atareados

en cosas tan reales

tienen poco tiempo para pensar

y dejan que la televisión piense por ellos,

aunque luego llegan las confusiones:

 

España con unidad,

religión con catolicismo,

derecho con amiguismo,

democracia con plutocracia,

impunidad con monarquía,

 

pero los que lo agasajaban

no se engañaron jamás con esto,

 

y le compraban yates,

silenciaban a la prensa,

hacían desaparecer los cadáveres

y lo convertían

en uno de los tios más ricos de Europa.

 

Era el gran campechano,

un día, de él, tal vez solo queden

retratos en Suiza.



En: Todos atrapados en la misma trampa. Ed. Garum, 2020

 

(Fuente: Voces del extremo)

 

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