Como ya no somos jóvenes
Como ya no somos jóvenes, las semanas han de valer
por todos los años que estuvimos separadas.
Pero tan solo esta extraña deformación del tiempo
me advierte que no somos jóvenes.
¿Caminé alguna vez por las calles matutinas en mis veinte,
con mis brazos y piernas fluyendo en la más pura alegría? Me incliné alguna vez desde una ventana sobre la ciudad
a escuchar al futuro,
Así como ahora espero por tu llamada
con mis nervios adheridos al teléfono?
Y tú te mueves hacia mí con el mismo ritmo,
Con tus ojos sin tiempo, y con esa chispa verde
como destellos dcl pasto dc verano en tus ojos azules,
o como el berro silvestre azulverdoso rociado en primavera.
Si a los veinte creíamos que viviríamos por siempre.
A cuarenta y cinco, quiero conocer hasta nuestros límites.
Te acaricio aún sabiendo que no nacimos mañana,
Y que de alguna manera, cada una ayudará a la otra a vivir.
Y que en algún lugar, cada una ayudará a la otra a morir.
Traducción: Francia Rosa Calzadilla
(Fuente: La parada poética)
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