miércoles, 30 de septiembre de 2020

Jorge Aulicino (Buenos Aires, 1949)

 

 

CEREZOS Y BOTELLAS

 
 
Descifrar, ¿qué? Era tu piel el lodo y la alambrada.
Ese espacio en el que flotaba la luz de los cerezos,
más allá de la carretera, entre los montes,
era tu propio, inesperado éxtasis, y no la oferta.
íbamos tarde, o no íbamos. Ya veíamos tu lunar o tu furtiva vestimenta,
y entonces caía la ciudad amurallada de la espuma, rodaba tu bastón,
se diluía la masa de los hechos en multiplicadas llanuras.
Así eras, no había prisma que descompusiera tu luz.
Los artefactos y los cálculos, los basurales alrededor de las ciudades,
los océanos de furia, los papeles chamuscados, el sudor del vacío,
abrieron a inútil oscuridad, abombado impulso, puertas cerradas.
Los pedazos de vidrio de las bacanales
no evocaban tu pupila o tu niebla.
No tenías certeza. El ángel reflexivo seguía a nuestras tropas
como la cola de un cometa hecho escombros.
 
 
 

en "Poesía reunida", Ediciones En Danza, Buenos Aires, 2020, de "Hostias", Ediciones Del Dock, Buenos Aires, 2004.

 

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