En el centro del mundo los pájaros confían
En el centro del mundo los pájaros confían
celebran si nos vemos
si crecemos en el abrazo del otro
si la edad se cumple en cada niño
si la voz del vendedor llega a casa
con un pescado entre las manos
si las manos vacías del que ha matado
y pregunta por qué yo
se unen de vuelta en oración
Señor que no caiga ninguna de nuestras aves hoy
Los ríos que aprendieron a amar los hombres
todos en el mismo árbol:
El agua del Éufrates que tomó entre sus manos
para comprender lo que era la poesía
el Támesis que vio tantas veces llorar al hombre en sus orillas
el agua del Rodeo bajando con aquel perro hinchado
como una palabra que entonces no comprendía
Ella sobre una rama en el río picada por las hormigas
ve la muerte pasar mientras su amiga ríe desde una piedra
Aquel río que antes fue pequeño
hoy es una tarde inmensa
abierta en cada una de sus letras
Su amiga esta muerta y ella camina bajo laureles
que mojan estas palabras
No es el árbol que miro cuando digo
laurel
es la palabra
dos sílabas que se hunden
mientras vuelven al punto de partida
nacer hundir meterse
entrar en la piel de los otros
antes de inclinar los párpados
“Todo comienza donde se cierran los ojos”
(Fuente: La parada poética)
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