martes, 29 de septiembre de 2020

Kenia Cano (Cuernavaca, México 1972)

 

 

En el centro del mundo los pájaros confían

 



En el centro del mundo los pájaros confían

celebran si nos vemos

si crecemos en el abrazo del otro

si la edad se cumple en cada niño

si la voz del vendedor llega a casa

con un pescado entre las manos

 

si las manos vacías del que ha matado

y pregunta        por qué yo

se unen de vuelta en oración

 

  Señor              que no caiga ninguna de nuestras aves hoy

 

Los ríos que aprendieron a amar los hombres

todos en el mismo árbol:

 

El agua del Éufrates que tomó entre sus manos

para comprender lo que era la poesía

el Támesis que vio tantas veces llorar al hombre en sus orillas

el agua del Rodeo bajando con aquel perro hinchado

como una palabra que entonces no comprendía

 

Ella sobre una rama en el río picada por las hormigas

ve la muerte pasar mientras su amiga ríe desde una piedra

 

Aquel río que antes fue pequeño

hoy es una tarde inmensa       

abierta en cada una de sus letras

 

Su amiga esta muerta y ella camina bajo laureles

que mojan estas palabras

 

No es el árbol que miro cuando digo

 

                     laurel

 

es la palabra

dos sílabas que se hunden

mientras vuelven al punto de partida

 

nacer               hundir              meterse

                      

entrar en la piel de los otros

antes de inclinar los párpados

 

“Todo comienza donde se cierran los ojos”

 

 

 

(Fuente: La parada poética)


 

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