HAYDEE THOMPSON
llueve el toldo verde
las cartas
los retratos se mezclan
están los hijos y los hijos
una mujer mira todo
reduce la ciudad para poder decirla
no hay dimensiones
no hay distancias
el techo de jazmines
del gran patio del pasado
abre la vida de la mujer
ahí está en los grandes resplandores de la lluvia
MIS MÁS VIVOS
árboles en el olor de la siesta
en el fondo de la casa
en un calor
en un espejo
en un baño de porcelana
entrando higueras y hojas con los bordes quemados
hasta las canillas
y sus raíces llegaban al portón
que a las cuatro de la tarde
cuidaba ese patio celestial
cuando mis primos se apretaban contra mí
para comer mis mejillas de leche y de higo
el deseo de esas tardes cae como mi pelo a la intemperie
hace de mi vestido turquesa un incendio
una terquedad que casi nunca habla
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en "Inti. Revista de Literatura Hispánica", n.º 55-56, primavera-otoño 2002.
(Fuente: Jonio González)
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