La pequeña plaza
Mi vida había tomado la forma de la pequeña plaza
Aquel otoño en que tu muerte se organizaba meticulosamente
Yo me aferraba a la plaza porque tú amabas
La humanidad humilde y nostálgica de las pequeñas tiendas
Donde los empleados doblan y desdoblan cintas y telas
Yo quería cambiarme por ti, porque ibas a morir
Y la vida toda dejaba allí de ser la mía
Yo trataba de sonreír como tú sonreías
Al vendedor de periódicos al vendedor de tabaco
Y a la mujer sin piernas que vendía violetas
Yo le pedía a la mujer sin piernas que rezara por ti
Yo encendía velas en todos los altares
De las iglesias que quedan cerca de esta plaza
Pues tan pronto abrí los ojos fue para leer
La vocación de lo eterno escrita en tu rostro
Yo convocaba las calles los lugares las gentes
Que fueran testimonio de tu rostro
Para que ellos te llamaran para que ellos deshicieran
El tejido que la muerte entrelazaba en ti
(Fuente: La Maja desnuda)
No hay comentarios:
Publicar un comentario